ESTRELLAS DEL CINE QUE TUVIERON SUS PROPIOS COMICS [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
¿Te imaginas a Jerry Lewis codeándose con Batman? No hablamos de las películas, ni de los personajes, sino de actores y actrices viviendo aventuras (ficticias) en viñetas
Si Charles Chaplin fue el cómico por excelencia del cine mudo, Stan Laurel y Oliver Hardy revolucionaron el panorama cuando el sonido llegó a los platós. Y también tuvieron su colección de historietas, sólo que esta llegó en 1964 (siete años después de la muerte de Hardy, y un año antes de que Laurel pasase a mejor vida). En realidad, los cómics fueron idea de Larry Harmon, comediante y productor que había comprado los derechos de imagen del dúo para realizar una serie de animación. Y, para qué nos vamos a engañar, ni los dibujos televisivos ni los de papel eran como para tirar cohetes.
Últimamente, los personajes de cómics no paran de inspirar películas. Y, a veces, las películas se han convertido en cómics. Pero, aunque parezca mentira, a veces la relación entre el séptimo arte y el noveno toma una ruta mucho más inesperada, y son las estrellas de cine las que pasan a las viñetas haciendo de sí mismas.
Durante al menos siete décadas, cuando las historietas aún eran vistas como una forma de comunicación populachera (y, por tanto, apta para vender lo que sea), los divos y las divas de la pantalla que tuvieron versiones en cuatricromía fueron más abundantes de lo que parece, creando algunos fenómenos extremadamente delirantes. El Fan Page 'Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica' te trae unos ejemplos pero, antes de que corras a Ebay o a tu tienda de comics favorita, debemos prevenirte: la mayoría de estos trabajos, por no decir todos, fueron hechos en condiciones extremadamente mercenarias, y distan mucho de ser obras maestras. Ahora bien: su valor como rarezas es inigualable.
Dean Martin y Jerry Lewis
Hasta su ruptura definitiva en 1956, el autor de 'The Nutty Professor' y el intérprete de 'That’s Amore' fueron un auténtico fenómeno social en los Estados Unidos, pasando del cabaret a la televisión y, de ahí, al cine con éxito arrollador. Oliéndose los beneficios, DC Comics lanzó en 1952 esta colección que llevaba a las viñetas la dinámica del dúo, con Martin como ídolo de las nenas y Lewis como fuente de gags. Martin había sido lanzado ya en solitario con 'The Delicate Delinquent', la editorial relanzó la cabecera como 'The Adventures of Jerry Lewis' (1957). esta nueva serie duró bastante poco, pero gracias a ella el hombre de las mil muecas se codeó con las grandes estrellas de la casa: Batman, Superman, Flash y Wonder Woman.
Charlie Chaplin
¿Un ejemplo pionero? 'Charlot' fue la primera estrella del cine en tener un cómic propio, cuando el medio apenas balbuceaba: con un equipo de dibujantes en el que figuraba E. Christie Segar, futuro creador de 'Popeye', la tira intitulada 'Charlie Chaplin’s Comic Capers' comenzó a publicarse en 1915 y fue finiquitada en 1918, justo el año en el que su protagonista iniciaba su período de madurez creativa con 'Shoulder Arms'. Una pena, porque haber visto adaptaciones en cómic de 'Modern Times' o 'The Gold Rush' hubiera sido maravilloso.
El Gordo y el Flaco
Si Charles Chaplin fue el cómico por excelencia del cine mudo, Stan Laurel y Oliver Hardy revolucionaron el panorama cuando el sonido llegó a los platós. Y también tuvieron su colección de historietas, sólo que esta llegó en 1964 (siete años después de la muerte de Hardy, y un año antes de que Laurel pasase a mejor vida). En realidad, los cómics fueron idea de Larry Harmon, comediante y productor que había comprado los derechos de imagen del dúo para realizar una serie de animación. Y, para qué nos vamos a engañar, ni los dibujos televisivos ni los de papel eran como para tirar cohetes.
Chuck Norris
Pecaríamos de inexactos si dijésemos que el hombre más duro de Texas protagonizó, allá por 1986, una colección de cómics editada por Star (un subsello de Marvel), adaptando su serie de dibujos animados 'Chuck Norris and the Karate Kommandos'. En realidad, Chuck escribió y dibujó la obra completa en una noche, imitando a la perfección el estilo de Steve Ditko (creador gráfico de Spiderman y por entonces ya presa de sus delirios ultraderechista-conspiranóicos) y usando como lápices las falanges amputadas de soldados vietnamitas.
Y, si Marvel no editó la historieta con su propia marca, fue debido a que, si Norris viviera en su universo, los villanos de la casa habrían caído bajo sus patadas voladoras, dejando a los Avengers con paro cardíaco. Bueno, tal vez exageremos un poco, pero prometemos que el comic existió.
Mr. T
El peleonero afroamericano y ochentero (Lawrence Tureaud en el libro de la familia) ha quedado como el campeonísimo de los actores con cómic propio. No es sólo que apareciera en la versión dibujada de 'The A-Team' editada por Marvel (1983-1984), sino que ha lucido su cresta y sus joyas en nada menos que dos colecciones: primero llegó 'Mr. T and The Force', lanzada en 1994, y después otra serie, aparecida en el Reino Unido y titulada, sencillamente 'Mr T' (2005). Señalemos que ambas historietas contaron con las firmas de maestros como Jim Steranko y Neal Adams (el hombre, dicen, que mejor ha sabido dibujar a Batman), ambos muy ancianitos ya por entonces.
Jenna Jameson
Reina sin corona del cine porno durante la primera década de este siglo, la Jameson colaboró con Virgin Comics (una de tantas filiales del emporio de Richard Branson) en 'Jenna Jameson’s Shadowhunter', una serie de espada y brujería en la que firmaba como creadora del argumento original pero a la que realmente sólo aportó su curvilínea percha como modelo del personaje protagonista. La colección, que sólo duró tres números, estaba pensada como punta de lanza de la línea Voices, etiqueta bajo la que deberían haber aparecido varias historietas esponsorizadas por celebrities y estrellas del cine: sólo 'Vodoo Child', creado por Nicolas Cage, fue el único en ver la luz, mientras que 'Nowhere Man', un proyecto bastante interesante con la firma de Hugh Jackman, feneció antes de nacer.
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