MANUAL PARA PUTEAR COMO UN ARGENTINO DURANTE EL MUNDIAL [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Tú también puedes crear tu propio 'cementerio de canelones'
El Mundial de Rusia ya está aquí y queda un mes por delante lleno de alegría para unos, tristeza para otros y enfado para todos. Sí, gane o pierda tu selección habrá algún momento durante los 90 minutos que dura el partido en el que gritarás a la televisión ya sea dirigiéndote a algún jugador o a algún árbitro.
De gritar y apasionarse con el fútbol saben mucho los argentinos. Es tal el amor por la camiseta albiceleste, que insultar ha pasado de ser una mera manifestación de insatisfacción a un arte. Porque lo de soltar improperios sin más durante el encuentro es cosa de novatos: lo que los profesionales hacen es crear poesía futbolera. Y para poder poner en práctica este método centenario, he aquí la fórmula mágica.
REFERENCIAS... MUCHAS
Para insultar adecuadamente hace falta una buena lista de referencias musicales, cinematográficas, literarias, televisivas, socioculturales... sí, todas sirven, porque si quieres que todo el mundo comprenda hasta qué punto la persona a la que estás gritando ha cometido un error, qué mejor que hacer comparaciones que demuestren la gravedad del asunto. Por ejemplo, una de las frases míticas escuchadas siempre en algún campo de fútbol de Buenos Aires cuando uno de los jugadores no se mueve es: "Dale, boludo, corré un poco. Sos más lento que Only You". ¿Existe acaso algo más lento que esa canción? Por lo visto, sí. Seguro que más de un jugador será víctima de estas palabras este año.
¡A COMERRR!
A falta de referencias culturales, siempre nos quedará la comida. En Argentina se come bien, muy bien, y ¿por qué no usar otro de los grandes iconos del país para reflejar un fail monumental? Basta comprobar la gran aceptación que tuvo el 'cementerio de canelones' que algunos le dedicaron a Higuaín, y que ya ha pasado a formar parte del léxico futbolero de los hispanoparlantes.
LOS PREFIJOS
Hay tres recursos lingüísticos que un argentino puede utilizar antes de cualquier insulto. Se llaman las tres erres: Re, Reverendo y Recaldada, seguidas de la palabra que uno prefiera para la ocasión. Así de fácil, cualquiera de estos tres sirven para dar mayor énfasis al adjetivo que vayas a utilizar.
MÁS ES MÁS
Una de las grandes características del insulto argentino es que un par de palabras nunca son suficientes. Por eso, a la hora de emitir juicios, en lugar de elegir un sólo tipo de atributo, los juntan todos para hacer el insulto definitivo. Cuenta la leyenda que llegaron a ser de tal magnitud que hasta Twitter tuvo que añadir caracteres para que fuera posible expresarse en un solo tuit.
El método es muy sencillo. Unes todas las frases anteriores, y otras que se te ocurran, y las lanzas una detrás de otra. Poniendo como ejemplo todo lo anterior, quedaría algo así: "¡Pero, ¿no ves que sos un reverendo hijo de puta? Dale, corré un poco, pedazo de canelón. Sos más lento que Only You!".
Y hasta aquí la teoría. La naturalidad, la creatividad y la pasión te toca ponerlas a ti porque, como todo arte, por mucho que estudies, si no lo llevas en la sangre, no va a funcionar.
El Mundial de Rusia ya está aquí y queda un mes por delante lleno de alegría para unos, tristeza para otros y enfado para todos. Sí, gane o pierda tu selección habrá algún momento durante los 90 minutos que dura el partido en el que gritarás a la televisión ya sea dirigiéndote a algún jugador o a algún árbitro.
De gritar y apasionarse con el fútbol saben mucho los argentinos. Es tal el amor por la camiseta albiceleste, que insultar ha pasado de ser una mera manifestación de insatisfacción a un arte. Porque lo de soltar improperios sin más durante el encuentro es cosa de novatos: lo que los profesionales hacen es crear poesía futbolera. Y para poder poner en práctica este método centenario, he aquí la fórmula mágica.
REFERENCIAS... MUCHAS
Para insultar adecuadamente hace falta una buena lista de referencias musicales, cinematográficas, literarias, televisivas, socioculturales... sí, todas sirven, porque si quieres que todo el mundo comprenda hasta qué punto la persona a la que estás gritando ha cometido un error, qué mejor que hacer comparaciones que demuestren la gravedad del asunto. Por ejemplo, una de las frases míticas escuchadas siempre en algún campo de fútbol de Buenos Aires cuando uno de los jugadores no se mueve es: "Dale, boludo, corré un poco. Sos más lento que Only You". ¿Existe acaso algo más lento que esa canción? Por lo visto, sí. Seguro que más de un jugador será víctima de estas palabras este año.
¡A COMERRR!
A falta de referencias culturales, siempre nos quedará la comida. En Argentina se come bien, muy bien, y ¿por qué no usar otro de los grandes iconos del país para reflejar un fail monumental? Basta comprobar la gran aceptación que tuvo el 'cementerio de canelones' que algunos le dedicaron a Higuaín, y que ya ha pasado a formar parte del léxico futbolero de los hispanoparlantes.
LOS PREFIJOS
Hay tres recursos lingüísticos que un argentino puede utilizar antes de cualquier insulto. Se llaman las tres erres: Re, Reverendo y Recaldada, seguidas de la palabra que uno prefiera para la ocasión. Así de fácil, cualquiera de estos tres sirven para dar mayor énfasis al adjetivo que vayas a utilizar.
MÁS ES MÁS
Una de las grandes características del insulto argentino es que un par de palabras nunca son suficientes. Por eso, a la hora de emitir juicios, en lugar de elegir un sólo tipo de atributo, los juntan todos para hacer el insulto definitivo. Cuenta la leyenda que llegaron a ser de tal magnitud que hasta Twitter tuvo que añadir caracteres para que fuera posible expresarse en un solo tuit.
El método es muy sencillo. Unes todas las frases anteriores, y otras que se te ocurran, y las lanzas una detrás de otra. Poniendo como ejemplo todo lo anterior, quedaría algo así: "¡Pero, ¿no ves que sos un reverendo hijo de puta? Dale, corré un poco, pedazo de canelón. Sos más lento que Only You!".
Y hasta aquí la teoría. La naturalidad, la creatividad y la pasión te toca ponerlas a ti porque, como todo arte, por mucho que estudies, si no lo llevas en la sangre, no va a funcionar.
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