PELÍCULAS QUE FUERON TOTALMENTE DIFERENTES AL SER EDITADAS [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]


Aunque todo proyecto cinematográfico cuenta con un guión, una estructura y una planificación cuidada al detalle, lo cierto es que la hora decisiva llega en la sala de montaje. Allí se decide el orden de las secuencias y se consigue la magia de unificar una historia por completo. Es por eso que la idea original no siempre funciona y el rompecabezas de imágenes termina siendo completamente diferente. El Fan Page 'Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica' te trae algunos casos de películas que terminaron siendo tan distintas que hasta cambiaron de género o de protagonista tras pasar a la post-producción.


Annie Hall (1977)



Aunque Annie Hall sea recordada como una de las mejores comedias románticas de la historia, lo cierto es que la idea original de Woody Allen era completamente diferente. El concepto no era más que otra reflexión existencial del cineasta, en esta ocasión sobre la transición de llegar a los 40 con un misterioso asesinato y secuencias surrealistas de por medio que llevaba por título Anhedonia (que se refiere a la incapacidad de sentir placer).

A la hora de comenzar el montaje, fue el editor Ralph Rosenblum quien se percató del disparate que tenía Allen entre manos y el responsable de haberlo convencido de destacar la relación de su personaje con Annie (Diane Keaton), dejando las ideas metafísicas y las rarezas en un segundo plano. Y voilà, se convirtió en comedia romántica.


The Thin Red Line (1998)




Bien es sabido en el mundo del cine que nadie puede fiarse de la palabra de Terrence Malick. ¿Por qué? Porque cuando llega a la sala de edición, siempre termina cambiando su película, incluso eliminando personajes por completo (dejando a actores decepcionados por haber trabajado en vano).

Es el caso de aquella película bélica protagonizada por… ¿Adrien Brody? El actor se sumó al proyecto con la oferta de ser el protagonista de la historia. Y a pesar de haber grabado un sinfín de escenas, después de un año y medio de postproducción, al final su personaje se redujo a unas dos líneas a lo largo de los 170 minutos de metraje. Al menos tuvo mejor suerte que Mickey Rourke y Billy Bob Thornton, que fueron eliminados por completo.


Once Upon A Time In America (1984)



Los espectadores americanos salieron perdiendo en esta ocasión debido a que existen dos montajes del clásico de Sergio Leone: uno de 229 minutos estrenado en el resto del mundo, y otro de 139 minutos visto en EEUU.

El motivo fue porque el estudio no estaba de acuerdo con las intenciones de Leone de dividir la historia en dos películas de 3 horas cada una. La compañía no cedió a sus peticiones y el montaje americano terminó siendo muy diferente con una película difícil de seguir, con historias inconclusas y, por supuesto, muy inferior a la calidad de la versión vista en el resto del mundo.


Rambo (1982)



Aunque hoy en día forme parte de la historia del cine, Rambo estuvo a punto de ser cancelada por completo. El primer montaje de la cinta duraba unas tres horas y media y, según las declaraciones de Sylvester Stallone en los comentarios del DVD: "Odiaba la película la primera vez que la vi. Todos sentíamos que iba a ser un desastre e incluso intentamos comprar los negativos para deshacernos de ellos".

Pero gracias a la visión del director Ted Kotcheff y el editor Joan Chapman, editaron una prueba de 40 minutos que se centraba en la profundidad emocional de la historia. Y así encontraron el camino que terminó siendo de 93 minutos con el maravilloso toque final de la banda sonora de Jerry Goldsmith.


I’ll Do Anything (1994)



Viendo la película protagonizada por Nick Nolte, jamás imaginaríamos que en lugar de ser una comedia dramática sobre la relación de un padre con su pequeña hija, era un musical con canciones de Prince y Sinead O´Connnor.

Así la concibió y rodó el genio de la comedia James L. Brooks (As Good As It Gets), pero después de la mala recepción que tuvo la cinta en las primeras proyecciones de prueba, el director tuvo que regresar a la sala de montaje y cambiarla por completo.


Swing Shift (1984)



Los pocos críticos que han visto el Director's Cut de esta comedia de Jonathan Demme la han calificado como "una de las mejores películas de los años 80", pero el resto de los mortales no hemos tenido manera de comprobarlo.

Protagonizada por Goldie Hawn y Kurt Russell (ésta fue la película en la que se enamoraron), la cinta terminó siendo una comedia al uso debido a la influencia de la actriz. Al parecer, Hawn y Demme discutían continuamente porque el director quería una historia más seria y dramática, pero su estrella quería una comedia romántica ligera. Finalmente Hawn se salió con la suya y hasta se rumorea que fue la culpable de que se eliminaran las escenas de Christine Lahti ya que no quería que ninguna otra actriz le robara los focos.


The Magnificent Ambersons (1942)



El segundo largometraje de Orson Wells fue un dolor de cabeza para el legendario cineasta. Su versión extensa de la obra de Booth Tarkington no convenció a los ejecutivos del estudio RKO, quienes decidieron desechar la visión de Wells eliminando una hora del metraje y reeditando la cinta con un final feliz.

La película fue nominada para cuatro premios de la Academia y aunque Wells dejó anotaciones de cómo tendría que haber sido la historia y el final, las escenas eliminadas fueron destruidas y nunca fueron vistas.

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