¿QUÉ LE EXIGIMOS A UNA SECUELA? [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Son inevitables y recaudan millones, pero también tienen que ser buenas películas: El Fan Page 'Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica' te presenta algunas de las condiciones imprescindibles para la realización de la continuación de una saga en el cine
Tradicionalmente, el verano norteamericano es una época de blockbusters, con esos grandes estrenos que ayudan a los gringos a combatir el calor a base de palomitas, refresco, acción a raudales y ese aire acondicionado que nunca viene mal. Pero desde hace más años de los que parece, el verano también es la época de secuelas: este año, sin ir más lejos, ya hemos tenido unas cuantas (Jurassic World, y Terminator: Genisys hoy mismo), y nos quedan bastantes por ver, desde Ted 2 a Maze Runner: The Scorch Trials, pasando por Mission: Impossible - Rogue Nation. Y la cosa no se acabará cuando terminen los ardores estivales, porque aún se esperan más títulos, culminando la cosa en diciembre con la continuación de cine más esperada de todos los tiempos: Star Wars - The Force Awakens.
Así las cosas, en 'Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica' nos ha dado por parar de quejarnos un momento por la presunta originalidad perdida en Hollywood. En lugar de eso, esta vez vamos a ser posibilistas y a hacernos una sencilla pregunta: si hacer secuelas es algo inevitable (por la industria, o por lo que sea), ¿qué hace falta para que esas secuelas salgan bien? Tras estrujarnos mucho los cerebelos, hemos encontrado algunos elementos (sin Milla Jovovich, por desgracia) gracias a los cuales un capítulo dos, o tres, o el número que sea, le hará justicia a su original, o incluso lo superará. A continuación te ofrecemos una lista de estas condiciones que pueden presentarse, bien de una en una o bien por separado, y que, generalmente, suelen dar buenos resultados… hasta que dejan de darlos: por algo te ofrecemos varios ejemplos positivos en cada apartado, pero también un contraejemplo para recordar que ninguna fórmula es perfecta. En todo caso, recuerda que estas ideas suelen equivaler a una buena experiencia para el espectador, o al menos pueden librar al público de un ataque de vergüenza ajena.
QUE FORME PARTE DE UN TODO ÚNICO
En el fondo, la costumbre de hacer secuelas se origina en una tradición antiquísima y muy honrada por ejemplos ilustres: la de los folletines por entregas. Por eso, no es extraño que alguno de sus mejores exponentes no estén motivados por las ganas de prolongar un éxito financiero, ni por un capricho del director, ni por una falta de dinero que obliga a poner las neuronas a trabajar. Sencillamente, responden a la necesidad de contar una historia (o de exponer una idea) a la cual le viene estrecha una sola película. Por supuesto, esta necesidad no tiene que darse desde el principio (estamos pensando en cierto DeLorean, cuyo viaje a 2015 comenzó como una broma de última hora) ni el autor tiene por qué tener claro cómo llevarla al celuloide hasta que el asunto se ha puesto en marcha (pregúntaselo a George Lucas, que es un experto) pero todo eso ayuda. Y, en el caso de adaptaciones literarias, a veces es absolutamente obligatoria.
Si te sale bien tienes >>> El Imperio Contraataca, El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, Back To The Future II.
Pero si te sale mal, acabas con >>> El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos.
QUE NOS OFREZCA ALGO NUNCA ANTES VISTO
Tradicionalmente, el verano norteamericano es una época de blockbusters, con esos grandes estrenos que ayudan a los gringos a combatir el calor a base de palomitas, refresco, acción a raudales y ese aire acondicionado que nunca viene mal. Pero desde hace más años de los que parece, el verano también es la época de secuelas: este año, sin ir más lejos, ya hemos tenido unas cuantas (Jurassic World, y Terminator: Genisys hoy mismo), y nos quedan bastantes por ver, desde Ted 2 a Maze Runner: The Scorch Trials, pasando por Mission: Impossible - Rogue Nation. Y la cosa no se acabará cuando terminen los ardores estivales, porque aún se esperan más títulos, culminando la cosa en diciembre con la continuación de cine más esperada de todos los tiempos: Star Wars - The Force Awakens.
Así las cosas, en 'Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica' nos ha dado por parar de quejarnos un momento por la presunta originalidad perdida en Hollywood. En lugar de eso, esta vez vamos a ser posibilistas y a hacernos una sencilla pregunta: si hacer secuelas es algo inevitable (por la industria, o por lo que sea), ¿qué hace falta para que esas secuelas salgan bien? Tras estrujarnos mucho los cerebelos, hemos encontrado algunos elementos (sin Milla Jovovich, por desgracia) gracias a los cuales un capítulo dos, o tres, o el número que sea, le hará justicia a su original, o incluso lo superará. A continuación te ofrecemos una lista de estas condiciones que pueden presentarse, bien de una en una o bien por separado, y que, generalmente, suelen dar buenos resultados… hasta que dejan de darlos: por algo te ofrecemos varios ejemplos positivos en cada apartado, pero también un contraejemplo para recordar que ninguna fórmula es perfecta. En todo caso, recuerda que estas ideas suelen equivaler a una buena experiencia para el espectador, o al menos pueden librar al público de un ataque de vergüenza ajena.
QUE FORME PARTE DE UN TODO ÚNICO
En el fondo, la costumbre de hacer secuelas se origina en una tradición antiquísima y muy honrada por ejemplos ilustres: la de los folletines por entregas. Por eso, no es extraño que alguno de sus mejores exponentes no estén motivados por las ganas de prolongar un éxito financiero, ni por un capricho del director, ni por una falta de dinero que obliga a poner las neuronas a trabajar. Sencillamente, responden a la necesidad de contar una historia (o de exponer una idea) a la cual le viene estrecha una sola película. Por supuesto, esta necesidad no tiene que darse desde el principio (estamos pensando en cierto DeLorean, cuyo viaje a 2015 comenzó como una broma de última hora) ni el autor tiene por qué tener claro cómo llevarla al celuloide hasta que el asunto se ha puesto en marcha (pregúntaselo a George Lucas, que es un experto) pero todo eso ayuda. Y, en el caso de adaptaciones literarias, a veces es absolutamente obligatoria.
Si te sale bien tienes >>> El Imperio Contraataca, El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey, Back To The Future II.
Pero si te sale mal, acabas con >>> El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos.
QUE SEA MÁS DE LO MISMO... PERO MEJOR
"Si algo no está roto, no lo arregles", reza el viejo refrán anglosajón. Un refrán que se aplica también al cine, y a sus continuaciones: si has dado con una fórmula que funciona estupendamente, o con un personaje principal que hace historia (un arqueólogo con su látigo, su sombrero y su revolver, por ejemplo), a veces lo mejor es pasar de tonterías y concentrarse en refinar el planteamiento para darle al público más emoción, más peripecias, más risas, más momentos memorables y, en fin, más de todo. Mucho cuidado, no obstante, porque esta fórmula funciona como la alta cocina, donde las materias primas son casi más importantes que la receta. Si intentas aplicarla cuando la idea original no está a la altura, o si insistes en estirar el chicle cuando éste no da para más, el resultado puede darte más problemas que abrir El Arca de la Alianza.
Si te sale bien tienes >>> Indiana Jones y La Última Cruzada, Evil Dead II, The Naked Gun 2½: The Smell of Fear.
Pero si te sale mal, acabas con >>> The Hangover Part II.
Si te sale bien tienes >>> Indiana Jones y La Última Cruzada, Evil Dead II, The Naked Gun 2½: The Smell of Fear.
Pero si te sale mal, acabas con >>> The Hangover Part II.
QUE SEA UN CAMBIO RADICAL
Tu idea parecía una locura, pero el estudio de turno la compró y ¡sorpresa! Resulta que cayó fenomenal entre un público que llenó los cines para verla. Ahora los ejecutivos piden más, y a ti la idea de volver al mundo que creaste no te desagrada. ¿Significa eso que debes arrellanarte en el sillón y entregar otra ración del mismo potaje? Ni por asomo: con las estadísticas de taquilla a tu favor, ha llegado el momento perfecto para jugártela, explorando tus ideas desde otros ángulos y respondiendo a preguntas cuya respuesta anhelan tanto tú como tus espectadores (¿Qué pasa si sacamos a ese policía borracho del edificio y le ponemos a dar vueltas por New York? Sería un buen ejemplo). Entre la múltiples ventajas que ofrece este sistema está la de no depender de un único director para llevarse a cabo. A veces, una mirada nueva aplicada a postulados de segunda mano puede hacer milagros: por ejemplo, facturando una obra maestra del cine bélico a partir de una premisa de terror espacial.
Si te sale bien, tienes >>> Aliens: El Regreso, Die Hard II, Blade II, Gremlins 2.
Pero si te sale mal, acabas con >>> Batman y Robin.
Si te sale bien, tienes >>> Aliens: El Regreso, Die Hard II, Blade II, Gremlins 2.
Pero si te sale mal, acabas con >>> Batman y Robin.
QUE SE PLANTEE DESAFÍOS
Sin duda la categoría reina de las secuelas con gancho: un desafío que requiere directores a la altura y, sobre todo, un punto de partida lo bastante innovador e interesante como para que el público no salga corriendo a las primeras de cambio. ¿En qué consiste? Pues en tomar una idea arriesgada (¿Una película de superhéroes seria? ¿A quién se le ha ocurrido esa huevada?) o una trama ya de por sí compleja, como la saga familiar de una dinastía de mafiosos, y retorcerla, llevando sus rasgos definitorios al paroxismo. Si la primera nos hacía reír, los chistes de la segunda (o de la tercera, o de…) serán triples saltos mortales sin red, y, si resultaba oscura y deprimente, la nueva entrega lo será todavía más, añadiendo una dosis extra de complejidad argumental y una estructura narrativa enrevesada con ganas. Ojo, porque este sistema puede dar lugar a grandes películas, pero éstas corren el riesgo de quedar como productos sólo para iniciados en caso de que el autor (y aquí, insistimos, hacen falta autores con personalidad) se pase de la raya.
Si te sale bien, tienes >>> The Godfather II y III, Toy Story 2, The Dark Knight, Harry Potter y El Prisionero de Azkaban.
Pero si te sale mal, acabas con >>> Matrix Reloaded.
Si te sale bien, tienes >>> The Godfather II y III, Toy Story 2, The Dark Knight, Harry Potter y El Prisionero de Azkaban.
Pero si te sale mal, acabas con >>> Matrix Reloaded.
QUE NOS OFREZCA ALGO NUNCA ANTES VISTO
Antes, ese director era un empleado de serie B con una historia que contar y mucho ingenio para ponerla en escena. Ahora, gracias al éxito de esa historia, es un magnate con más millones que la caja B de un ministerio… y sabe que nunca es tarde para decir: "¡Volveré!". Ya sea por el ego o porque se siente en deuda con sus personajes (y, a veces, incluso también con sus actores), está dispuesto a volver a parajes ya conocidos con la billetera por delante, dispuesto a llevar a cabo (¡por fin!) esa toma imposible para la que le faltaban cámaras, o ese efecto especial delirante que se quedó en el papel debido a la falta de presupuesto y los imperativos de la técnica. Esta es la variedad de supersecuela que menos se da, básicamente porque requiere cifras millonarias y, sobre todo, ideas revolucionarias: seguro que, en su momento, muchos se rieron al oír que los efectos especiales del futuro se harían por ordenador… o que una buena película de acción podía rodarse 'a la antigua', con especialistas, dobles y todas esas cosas, cuando todo el mundo se había pasado al digital.
Si te sale bien, tienes >>> Terminator 2: Judgment Day, Mad Max: Fury Road, Goldfinger.
Pero si te sale mal, acabas con >>> Star Wars: Episode I - The Phantom Menace.
Si te sale bien, tienes >>> Terminator 2: Judgment Day, Mad Max: Fury Road, Goldfinger.
Pero si te sale mal, acabas con >>> Star Wars: Episode I - The Phantom Menace.
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