¿ES LOST HIGHWAY LA PELÍCULA MÁS INCOMPRENDIDA DEL, DE POR SÍ, INCOMPRENDIDO DAVID LYNCH? [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Un rápido vistazo por Rotten Tomatoes nos indica que, con excepción de la muy fallida Dune, Lost Highway fue la película del cineasta más incomprendido del mundo que menos gustó a los críticos de su tiempo
Lost Highway no es la película más "incomprensible" de David Lynch. Y eso ya es mucho decir. Dicho honor quizá corresponda a Inland Empire, seguida muy de cerca por Mulholland Drive. Eso sí, el envite que arrojó Lynch hace ya 20 años sí fue el más "incomprendido". No en vano, un rápido vistazo por Rotten Tomatoes nos indica que, con excepción de la muy fallida Dune, fue la que menos gustó a los críticos de su tiempo. El problema radicó en que toda la credibilidad ya se había agotado al explicar la serie Twin Peaks y su precuela cinematográfica, y esas mismas explicaciones ya no aplicaban en la historia de Fred (Bill Pullman) y Renee Madison (Patricia Arquette).
"¿Es error nuestro tratar de descifrar la película? ¿Intentar entender por qué cambia de protagonistas a la mitad (Pullman se transmuta en Balthazar Getty y Arquette en Arquette rubia)? Digamos que sí. Digamos que la película debería ser considerada tal y como es sin intentar otorgarle ningún sentido", escribió el influyente crítico Roger Ebert en la semana de su estreno, allá por 1997. Sin embargo, esta historia circular, eminentemente sensorial, acuarelada de jazz, celos, violencia y desdoblamientos, no es tan fiera como la pintan. Y ahora que ya ha pasado tiempo suficiente y que Lynch ha tenido tiempo de explicarla (a su modo, eso sí), tomemos como manual de instrucciones una ponencia que dio en Madrid a su paso por el Festival Rizoma 2013.
"Siempre relaciono el proceso creativo cinematográfico con la pesca. Pescar un pez es una cosa muy difícil y cuando sales a pescar por primera vez no sabes lo que te va a tocar. Todos los días estoy en busca de ideas y, cuando estas llegan, no son todas emocionantes; pero de vez en cuando encuentras una que es medianamente buena, y esta puede ser una porción muy pequeña del filme entero. Durante el rodaje de Inland Empire estaba enamorado de las cámaras digitales, y con ellas era muy fácil pensar algo y después rodar la escena. Así de fácil. Algo venía a la cabeza y yo me decía: 'Esta es la escena que quiero rodar', así que la rodaba. Y nada más. Días más tarde, me venía la idea para otra escena, nada que ver con la primera, me emocionaba y la rodaba. Una semana después, me venía otra idea, me emocionaba y también la rodaba. Así que, llegados a aquel punto, tenía tres escenas ¡sin nada que ver las unas con las otras en absoluto! Por suerte existe una cosa a la que yo llamo Campo Unificador que es capaz de unirlas. Un día ocurre que tengo una idea que me gusta y que une las tres anteriores. En ese momento, la cuarta se convierte en algo que da la idea de un guión, y cuando tengo todo relacionado de ese modo, escribo el guión completo y empiezo a rodar las escenas adicionales".
Y después, añadía: "En lo que respecta a Lost Highway, esta se vio alimentada de un modo extraño por el caso de O. J. Simpson [ex futbolista americano que fue acusado de asesinar a su ex mujer en 1994]. Al principio no fue una influencia de la que yo fuera consciente cuando me senté a escribir. Las ideas iban y venían, pero, a medida que la historia tomaba forma, se fue definiendo como un retrato de la fuga psicogénica, trastorno que se manifiesta cuando haces algo tan horrible que te hace casi imposible vivir con ello. A esas alturas, la única manera que tiene alguien de sobrellevar lo que ha hecho es ocultarlo en una parte escondida del cerebro. De ese modo pueden explicarse las acciones de O. J. Simpson, quien, habiendo hecho esas cosas, podía seguir sonriendo y jugando al golf".
Todo lo anterior no explica en absoluto por qué Dick Laurent muere al principio y al final de Lost Highway a manos de dos personas distintas que en realidad son la misma persona. Pero, bueno, ni falta que hace... ¿o sí?
Lost Highway no es la película más "incomprensible" de David Lynch. Y eso ya es mucho decir. Dicho honor quizá corresponda a Inland Empire, seguida muy de cerca por Mulholland Drive. Eso sí, el envite que arrojó Lynch hace ya 20 años sí fue el más "incomprendido". No en vano, un rápido vistazo por Rotten Tomatoes nos indica que, con excepción de la muy fallida Dune, fue la que menos gustó a los críticos de su tiempo. El problema radicó en que toda la credibilidad ya se había agotado al explicar la serie Twin Peaks y su precuela cinematográfica, y esas mismas explicaciones ya no aplicaban en la historia de Fred (Bill Pullman) y Renee Madison (Patricia Arquette).
"¿Es error nuestro tratar de descifrar la película? ¿Intentar entender por qué cambia de protagonistas a la mitad (Pullman se transmuta en Balthazar Getty y Arquette en Arquette rubia)? Digamos que sí. Digamos que la película debería ser considerada tal y como es sin intentar otorgarle ningún sentido", escribió el influyente crítico Roger Ebert en la semana de su estreno, allá por 1997. Sin embargo, esta historia circular, eminentemente sensorial, acuarelada de jazz, celos, violencia y desdoblamientos, no es tan fiera como la pintan. Y ahora que ya ha pasado tiempo suficiente y que Lynch ha tenido tiempo de explicarla (a su modo, eso sí), tomemos como manual de instrucciones una ponencia que dio en Madrid a su paso por el Festival Rizoma 2013.
"Siempre relaciono el proceso creativo cinematográfico con la pesca. Pescar un pez es una cosa muy difícil y cuando sales a pescar por primera vez no sabes lo que te va a tocar. Todos los días estoy en busca de ideas y, cuando estas llegan, no son todas emocionantes; pero de vez en cuando encuentras una que es medianamente buena, y esta puede ser una porción muy pequeña del filme entero. Durante el rodaje de Inland Empire estaba enamorado de las cámaras digitales, y con ellas era muy fácil pensar algo y después rodar la escena. Así de fácil. Algo venía a la cabeza y yo me decía: 'Esta es la escena que quiero rodar', así que la rodaba. Y nada más. Días más tarde, me venía la idea para otra escena, nada que ver con la primera, me emocionaba y la rodaba. Una semana después, me venía otra idea, me emocionaba y también la rodaba. Así que, llegados a aquel punto, tenía tres escenas ¡sin nada que ver las unas con las otras en absoluto! Por suerte existe una cosa a la que yo llamo Campo Unificador que es capaz de unirlas. Un día ocurre que tengo una idea que me gusta y que une las tres anteriores. En ese momento, la cuarta se convierte en algo que da la idea de un guión, y cuando tengo todo relacionado de ese modo, escribo el guión completo y empiezo a rodar las escenas adicionales".
Y después, añadía: "En lo que respecta a Lost Highway, esta se vio alimentada de un modo extraño por el caso de O. J. Simpson [ex futbolista americano que fue acusado de asesinar a su ex mujer en 1994]. Al principio no fue una influencia de la que yo fuera consciente cuando me senté a escribir. Las ideas iban y venían, pero, a medida que la historia tomaba forma, se fue definiendo como un retrato de la fuga psicogénica, trastorno que se manifiesta cuando haces algo tan horrible que te hace casi imposible vivir con ello. A esas alturas, la única manera que tiene alguien de sobrellevar lo que ha hecho es ocultarlo en una parte escondida del cerebro. De ese modo pueden explicarse las acciones de O. J. Simpson, quien, habiendo hecho esas cosas, podía seguir sonriendo y jugando al golf".
Todo lo anterior no explica en absoluto por qué Dick Laurent muere al principio y al final de Lost Highway a manos de dos personas distintas que en realidad son la misma persona. Pero, bueno, ni falta que hace... ¿o sí?
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