[ENTREVISTA] JEFFREY WRIGHT: "HAY QUE TENER CUIDADO CUANDO LAS MÁQUINAS SON MÁS LISTAS QUE NOSOTROS" [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]

El portal web Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica conversó, en modo Análisis, con uno de los protagonistas de Westworld, la sensación televisiva de la temporada


Westworld, el parque temático de nuestras pesadillas, no es un lugar benévolo para ninguno de sus habitantes, turistas o trabajadores. Por ejemplo, el abatido y amable Bernard descubre un día que la naturaleza de su realidad está muy lejos de ser la que pensaba, ya que él... Oh, ¿aún no has visto la primera temporada completa? Entonces te recomendamos que te guardes en la recámara nuestra entrevista con Jeffrey Wright, pues entra en detalles acerca de los muchos recovecos y secretos de Westworld. Si ya has terminado y te quedaste con ganas de saber lo que este respetado actor opina acerca de los Grandes Temas presentes en su última colaboración con HBO, estás de enhorabuena: El portal web Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica conversó vía telefónica con el actor. Y no defraudó.

ADG: ¿Sabía toda la verdad acerca de Bernard antes de rodar el piloto? ¿O fue todo parte de un proceso de descubrimiento similar al de los espectadores?

Jefrey Wright: No lo sabía cuando rodamos el piloto. Pero cuando volvimos al plató unos meses después para iniciar la producción de la serie, Lisa Joy (la showrunner y creadora del proyecto, junto con su marido Jonathan Nolan) me llamó aparte un momento y me dijo: "Jeffrey, ahm... ¿Cómo podría decirte esto?". Es una persona muy elocuente, pero esa fue la primera vez en la que vi que le costaba encontrar las palabras. Al final, me dijo: "Mira, Bernard es muy complejo. Y también es un huésped. Oh, y la reencarnación del antiguo compañero de Ford". Me lo explicó todo allí mismo, lo cual me fue muy útil como actor: si no, nada habría tenido sentido. En ese momento entendí que la narración estaba operando en dos líneas temporales diferentes, tanto en el presente como 35 años en el pasado, y eso me permitió tener una comprensión mayor de la relación entre Arnold y Dolores. No había una manera de que esas escenas funcionasen si yo hubiese pensado que estaba interpretando a Bernard en ellas, así que era necesario que me lo explicasen una vez terminado el piloto. No me contaron todos los secretos, pero sí lo suficiente para poder hacer mi trabajo.

ADG: ¿Diría que la principal diferencia entre la película original de Michael Crichton y la serie reside en su interés en la perspectiva de los huéspedes, en la manera en que explora su sufrimiento a manos de los humanos?

JW: Sí, absolutamente. J.J. Abrams dijo que su interés a la hora de desarrollar este proyecto nacía de su intención de darle la vuelta y mirarlo desde el otro punto de vista. Después, claro, Lisa y Jonathan cogieron esa idea y la llevaron hasta el final. Para mí, la razón por la que se trata de una elección interesante es que sí, por supuesto que exploramos los aspectos tecnológicos, pero hay algo más allá de eso. A medida que iba trabajando en la serie, me fui dando cuenta de que los huéspedes son, en gran medida, una metáfora de nosotros mismos. Su programación y su evolución hacia la conciencia nos hablan, en realidad, de la experiencia y el descubrimiento humanos. En mi opinión, usar a los huéspedes como un arquetipo mítico era la parte más interesante de este trabajo. Y es una narración con tintes de mito en el sentido clásico de la palabra: cuando los miramos desde ese punto de vista empático, ellos resultan ser más humanos que los propios humanos, del mismo modo que los mortales que poblaban los mitos griegos eran más nobles que los dioses. Aquí encontramos ecos de eso en la relación entre creadores y criaturas, luego no hemos inventado nada en ese sentido. Pero creo que, poniéndonos en lugar de los espectadores, que una serie explore cada semana el sentido pleno de su propia humanidad sí es territorio virgen.

ADG: De hecho, la gran paradoja de su doble personaje es que acaba resultando lo más humano de toda la serie. ¿Era consciente de que su arco iba a resultar tan emocionante para tantos espectadores en todo el mundo?

JW: Incluso antes de saber que Bernard tenía un secreto, en mis conversaciones preliminares con Jona, estaba claro para mí que el personaje era una suerte de lente por la que el espectador podía observar todo este universo, las muchas habitaciones y madrigueras de conejo que conforman la serie. Cuando lo conocemos, es un hombre común, siempre intentando pasar desapercibido. Pero, al mismo tiempo, tiene un lado detectivesco, pues en su naturaleza está ir más allá de los pequeños incidentes que aparecen en el día a día. A medida que descubrimos su viaje, su dualidad y las dificultades que provoca en él, Bernard sigue siendo el asidero de los espectadores, que ya han ido aprendiendo lo que significa realmente ser un huésped en Westworld gracias a las experiencias de Dolores y Maeve. Pero sí, quizá él sea el personaje que va descifrando el sentido oculto de la serie al mismo tiempo que el espectador.

ADG: Los invitados del parque utilizan los últimos avances del futuro para dar rienda suelta a su naturaleza más atávica. ¿Cree que la tecnología moderna está avanzando más deprisa que nuestra postura moral frente a ella?

JW: La existencia de una gran plataforma con la que podemos acceder a la información en tiempo real y mantener conversaciones globales es algo que debemos celebrar. Pero entonces descubrimos que esas conversaciones pueden estar envenenadas por desinformación, mentiras y manipulaciones. O incluso por pura ignorancia, sin ninguna maldad detrás. Es posible que este acceso ilimitado a una tecnología de la comunicación que no siempre es segura nos haya vuelto más vulnerables. Una vez escuché a un director de cine... fue Mike Leigh, creo. Su tesis era que el Avid, una máquina de edición digital, se mueve demasiado rápido para la mente humana, que las decisiones que uno debe tomar cuando está montando en formato digital son simplemente demasiadas. Cientos y cientos de posibilidades en el espacio de un solo minuto. Mientras que la edición en cine, perteneciente a aquellos tiempos en los que tenías que cortar físicamente el metraje para después pegarlo, te obligabas a ti mismo a ser mucho más considerado con cada decisión que tomabas. Había un grado de compromiso mucho mayor, pero también mucho más en sintonía con la velocidad a la que nuestro cerebro toma las decisiones. Así que, ya sabes, hay que tener cuidado cuando las máquinas son más inteligentes que nosotros. Desde luego, es un factor a tener en cuenta.

ADG: ¿Pensó alguna vez en los huéspedes como un comentario sobre el oficio del actor? Al fin y al cabo, ustedes también se ven obligados a repetir escenas, interpretar diferentes tramas, amar a quien los guionistas decidan. ¿Fue una suerte de meta-actuación?

JW: Sí, ciertamente fue un reflejo de la experiencia de trabajar en la serie. Es algo que encontré muy atractivo, incluso alucinante, porque eso es exactamente lo que los actores hacemos: replicar emociones y pensamientos que no son los nuestros. Le añadió una dimensión meditativa al trabajo. Para los espectadores -y a mí, de alguna manera, me gusta considerarme también espectador de esta serie-, es un elemento más que contribuye a su naturaleza poética e introspectiva. Westworld trata sobre plantear preguntas interesantes, sin proponer en ningún momento las respuestas. Ese es parte de su atractivo, o desde luego lo fue para mí.


ADG: Muchas de sus escenas con Ford tienen un carácter muy íntimo, casi teatral. Y, al mismo tiempo, es una serie caracterizada por sus grandes dosis de espectáculo y sus impresionantes valores de producción.

JW: Lo sé, fue maravilloso. Poder estar los dos aislados, maquinando en nuestros pequeños rincones secretos del parque... Para empezar, no podrías pedir un mejor compañero de fechorías cinematográficas que Anthony Hopkins. Te da tantísimo, tiene tanta energía que, a las seis de la mañana de un día de rodaje, sientes que necesitas tres expresos sólo para poder seguir su ritmo. Su compromiso, su facilidad para aportar al personaje un montón de cosas que van más allá del guión, es total. Además, expresa su inteligencia a través del lenguaje de una forma cristalina, por lo que sólo tienes que sentarte ahí a recibir todo lo que te da. Creo que los dos logramos proporcionar un contraste agradable a la escala gigantesca del resto de tramas. Nuestra escala era más bien lingüística, basada en ideas. Y, bueno, también éramos los guardianes de todos los secretos que se iban desarrollando fuera de nuestras pequeñas salas de trabajo, así que fue fantástico lograr transmitir ese grado de intimidad entre conspiradores. Me siento realmente agradecido de haber podido hacerlo con él.

ADG: Volviendo la vista atrás, ¿cuál diría que es su mejor recuerdo de esta primera temporada de Westworld?

JW: Mi mejor recuerdo es que guardo muchos recuerdos. Al fin y al cabo, han pasado dos años desde que rodamos el piloto, pero aún recuerdo la sensación de camaradería que se forjó entre todos por entonces. Logramos establecernos muy pronto como un grupo de trabajadores empeñados en hacer lo que tantos equipos de trabajo hacen: colaborar para darle a la audiencia algo nuevo, sorprendente, impactante y sugerente. Me siento muy honrado de que lo haya recibido tan bien, y no puedo esperar a seguir desarrollando esta colaboración. Aparte de eso, a nivel personal, los mejores recuerdos del plató son mis conversaciones sobre historia y política con Anthony Hopkins, mantenidas durante un periodo especialmente loco y difícil de Estados Unidos como nación.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA ESTAFA DEL GANO EXCEL, LATTE 365, GANO CAFÉ, ORGANO GOLD, GANODERMA LUCIDUM, GANO LIFE O GANO LATTE

EL DÍA QUE STEVEN SEAGAL SE CAGÓ EN LOS PANTALONES

SIMON BAKER: "CUANDO LEÍ EL GUIÓN DE EL MENTALISTA POR PRIMERA VEZ PENSÉ QUE NO GRABARÍAMOS MÁS QUE EL EPISODIO PILOTO"