MUCHO CUIDADO CON ANDAR ESCRIBIENDO GUIONES CON PERSONAJES PROTAGÓNICOS FEMENINOS [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Año 1979. Paul Newman es el teniente Ripley en Alien: El Octavo Pasajero. La película triunfa en taquilla y se convierte en obra de culto.
Año 2016. Se anuncia el remake de Alien: Ripley será una mujer. Críticas en las redes sociales (la mayoría de hombres). "¿Pero cómo va ser Ripley una mujer?", dicen unos. "Están destrozando nuestra infancia", protestan otros.
Pero Ridley Scott no contrató a Newman. Era demasiado caro. Así Ripley acabó con el rostro y el cuerpo de Sigourney Weaver. Un personaje femenino realista y con carácter. Una decisión valiente en 1979.
En el cine de acción contemporáneo hay guerreras, pero nos parecen irreales. Nadie se cree que una mujer vaya a salir a pelear contra los monstruos que la acechan. Ripley no vuela ni tiene superfuerza ni es experta en artes marciales. Es una mujer corriente contra un monstruo. Aquí hay una lección para los guionistas: si quieres un personaje femenino fuerte en un grupo, convierte a un hombre en mujer.
El problema para el público –en especial, el masculino– es que está acostumbrado a que los héroes sean hombres. Si son héroes de su infancia, rechaza que un personaje que fue hombre cambie por una mujer en una nueva versión. Una visión que, se quiera o no, es históricamente humana: no "destroza la infancia". Las películas originales permanecen inalterables. No se pinta encima de ellas. Este público ignora que, en más de un caso, en el camino del guión a la realización, se cambió el género de más de un personaje: de hombre a mujer o al contrario.
No podemos ocultar que Hollywood es una máquina de hacer dinero más que una fábrica de sueños. Que el remake y las adaptaciones son hoy por hoy las principales fuentes de negocio. Y que, recientemente, cambiar el sexo de los personajes es un recurso fácil y mediático.
Cuestiones de mercado aparte, los guionistas debemos considerar el cambio de sexo como un juego. ¿El cambio de sexo altera la historia? ¿Es una decisión cómoda o valiente? ¿La tergiversa? ¿Ayuda a explorar el tema de la película desde nuevas perspectivas?
PUEDE QUE NO SEA UNA BUENA IDEA
Cuando hablar de la homexualidad dejó de ser tabú en los medios se especuló con la vida sexual de Holmes y Watson. Conan Doyle hizo pocas referencias a las vidas privadas de los personajes y sabemos la tendencia natural a completar los huecos de información. De estas elipsis surgieron las especulaciones sobre la sexualidad de Holmes y Watson que pocas películas y series han obviado.
Que Lucy Liu sea mujer evita que el espectador de Elementary especule sobre la homosexualidad de los protagonistas. Es un cambio que tergiversa la amistad entre ambos personajes y que crea, se quiera o no, una tensión sexual innecesaria. Una decisión valiente hubiera sido convertir a ambos personajes en mujer.
PUEDE QUE SÍ SEA UNA BUENA IDEA
Por el contrario, que los nuevos cazafantasmas tengan vaginas en lugar de penes ni altera ni tergiversa la historia original (al margen de su calidad artística ya que recordemos que la oposición a esta película surgió meses antes de su rodaje por el cambio de género de los personajes). El argumento de Ghostbusters es simple: cuatro personas se quedan sin trabajo y montan una empresa que atrapa fantasmas. Estos personajes pueden ser lo mismo hombres que mujeres. En Ghostbusters el sexo de los personajes es irrelevante. Si hubieran contratado al guionista original no se hubiera opuesto al cambio de género.
Luego hay películas en las que el cambio de sexo puede contribuir a explorar mejor el tema o aumentar el dramatismo. Por ejemplo, resulta difícil imaginar a un hombre, como estaba pensado en los primeros drafts del guión, en el papel que interpretó Jodie Foster en Flightplan.
PUEDE QUE SEA UNA FABULOSA IDEA
Imaginen qué intensa sería una versión de Romeo y Julieta en la que ambas sean chicas en una época y lugar opresivos del siglo pasado. El desarrollo, el ya conocido, punto por punto. Mercutio puede seguir siendo un hombre. Lo importante aquí es que a la oposición familiar se sumaría la social. El drama elevado al cuadrado.
Sea como sea, hay que andarse con cuidado sobre cambiar el sexo de los personajes porque la historia nos ha enseñado que si se cambia un personaje protagónico de hombre a mujer, puede que la película sea un fiasco en la taquilla; pero si se cambia un rol principal de mujer a hombre, el máximo triunfo será una taquilla regular, aceptable y que al menos repare los gastos de producción. Las cazafantasmas de este año son un claro ejemplo.
Año 2016. Se anuncia el remake de Alien: Ripley será una mujer. Críticas en las redes sociales (la mayoría de hombres). "¿Pero cómo va ser Ripley una mujer?", dicen unos. "Están destrozando nuestra infancia", protestan otros.
Pero Ridley Scott no contrató a Newman. Era demasiado caro. Así Ripley acabó con el rostro y el cuerpo de Sigourney Weaver. Un personaje femenino realista y con carácter. Una decisión valiente en 1979.
En el cine de acción contemporáneo hay guerreras, pero nos parecen irreales. Nadie se cree que una mujer vaya a salir a pelear contra los monstruos que la acechan. Ripley no vuela ni tiene superfuerza ni es experta en artes marciales. Es una mujer corriente contra un monstruo. Aquí hay una lección para los guionistas: si quieres un personaje femenino fuerte en un grupo, convierte a un hombre en mujer.
El problema para el público –en especial, el masculino– es que está acostumbrado a que los héroes sean hombres. Si son héroes de su infancia, rechaza que un personaje que fue hombre cambie por una mujer en una nueva versión. Una visión que, se quiera o no, es históricamente humana: no "destroza la infancia". Las películas originales permanecen inalterables. No se pinta encima de ellas. Este público ignora que, en más de un caso, en el camino del guión a la realización, se cambió el género de más de un personaje: de hombre a mujer o al contrario.
No podemos ocultar que Hollywood es una máquina de hacer dinero más que una fábrica de sueños. Que el remake y las adaptaciones son hoy por hoy las principales fuentes de negocio. Y que, recientemente, cambiar el sexo de los personajes es un recurso fácil y mediático.
Cuestiones de mercado aparte, los guionistas debemos considerar el cambio de sexo como un juego. ¿El cambio de sexo altera la historia? ¿Es una decisión cómoda o valiente? ¿La tergiversa? ¿Ayuda a explorar el tema de la película desde nuevas perspectivas?
PUEDE QUE NO SEA UNA BUENA IDEA
Cuando hablar de la homexualidad dejó de ser tabú en los medios se especuló con la vida sexual de Holmes y Watson. Conan Doyle hizo pocas referencias a las vidas privadas de los personajes y sabemos la tendencia natural a completar los huecos de información. De estas elipsis surgieron las especulaciones sobre la sexualidad de Holmes y Watson que pocas películas y series han obviado.
Que Lucy Liu sea mujer evita que el espectador de Elementary especule sobre la homosexualidad de los protagonistas. Es un cambio que tergiversa la amistad entre ambos personajes y que crea, se quiera o no, una tensión sexual innecesaria. Una decisión valiente hubiera sido convertir a ambos personajes en mujer.
PUEDE QUE SÍ SEA UNA BUENA IDEA
Por el contrario, que los nuevos cazafantasmas tengan vaginas en lugar de penes ni altera ni tergiversa la historia original (al margen de su calidad artística ya que recordemos que la oposición a esta película surgió meses antes de su rodaje por el cambio de género de los personajes). El argumento de Ghostbusters es simple: cuatro personas se quedan sin trabajo y montan una empresa que atrapa fantasmas. Estos personajes pueden ser lo mismo hombres que mujeres. En Ghostbusters el sexo de los personajes es irrelevante. Si hubieran contratado al guionista original no se hubiera opuesto al cambio de género.
Luego hay películas en las que el cambio de sexo puede contribuir a explorar mejor el tema o aumentar el dramatismo. Por ejemplo, resulta difícil imaginar a un hombre, como estaba pensado en los primeros drafts del guión, en el papel que interpretó Jodie Foster en Flightplan.
PUEDE QUE SEA UNA FABULOSA IDEA
Imaginen qué intensa sería una versión de Romeo y Julieta en la que ambas sean chicas en una época y lugar opresivos del siglo pasado. El desarrollo, el ya conocido, punto por punto. Mercutio puede seguir siendo un hombre. Lo importante aquí es que a la oposición familiar se sumaría la social. El drama elevado al cuadrado.
Sea como sea, hay que andarse con cuidado sobre cambiar el sexo de los personajes porque la historia nos ha enseñado que si se cambia un personaje protagónico de hombre a mujer, puede que la película sea un fiasco en la taquilla; pero si se cambia un rol principal de mujer a hombre, el máximo triunfo será una taquilla regular, aceptable y que al menos repare los gastos de producción. Las cazafantasmas de este año son un claro ejemplo.
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