[ENTREVISTA] TOM HIDDLESTON: "LA FICCIÓN DE LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS ESTÁ OBSESIONADA CON EL APOCALIPSIS" [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]


El actor más pedido del Reino Unido ha rodado High Rise, la película más rara del año, y nosotros ya queremos que la estrenen en el Perú


El Fan Page Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica conversó vía telefónica con Tom Hiddleston quien confesó su incapacidad para liberarse de sus propias emociones: "Fui a estudiar con un forense. Al verlo hacer autopsias, no pude aguantar y casi me desmayo. Tuve que salir, vomitar y volver. Era incapaz de separar el hecho de que un ser humano que había estado vivo, ahora yacía muerto en la mesa".

El actor británico pasó por el Festival de San Sebastián el pasado septiembre para presentar una de sus últimas películas, High-Rise (con estreno aún incierto en nuestro país), una visceral adaptación de la novela homónima de J. G. Ballard dirigida por el irreverente Ben Wheatley. "Ballard fue increíblemente profético a la hora de hablar de la relación del ser humano con la tecnología", comenta el actor. "En entrevistas de los años 70 explica cómo dentro de 30 años la imagen en movimiento estaría tan íntimamente ligada a nuestra cultura que nos haríamos fotos a nosotros mismos, a nuestra comida o que tendríamos acceso a material grabado en directo en cualquier parte del mundo a cualquier hora. Ahí describía los selfies, Facebook, Youtube, Instagram…". En el filme, Hiddleston interpreta a Robert Laird, un fisiólogo que se muda a un rascacielos tras la reciente muerte de su hermana.



El edificio es casi autosuficiente y sus alturas establecen una jerarquía social, situando a las clases trabajadoras en los bajos ("las sombras", como lo denomina un personaje), a la clase media en el centro y a las élites, incluyendo el arquitecto del inmueble, en los pisos superiores. Laird, perteneciente a un estrato medio-alto, consigue mantenerse distante del desenfreno que se vive en el edificio durante un tiempo, antes de dar rienda suelta a sus impulsos más hedonistas y abrazar, junto al resto de vecinos, el caos en la selva de cemento. La historia cuestiona si "es sano reemplazar el desorden de la vida real por una construcción monolítica, indiferente y vacía de pasión".

Consciente de la radicalidad de la propuesta, Hiddleston estuvo decidido a formar parte de ella desde el principio. "Es un material extremo y siempre lo ha sido. La novela empieza con una frase que ya te advierte que vienen curvas. Pero lo interesante es que nos plantea el hecho de que, tal vez, si nos abandonan a nuestra suerte, sin la influencia civilizadora de la sociedad, somos bestias como el resto del reino animal". La frase inicial del libro en cuestión, por cierto, es la siguiente: "Más tarde, mientras estaba sentado en el balcón, comiéndose el perro, el doctor Robert Laing recordó otra vez los hechos insólitos que habían ocurrido en este enorme edificio de apartamentos en los últimos tres meses".

La pulcritud de su personaje en la primera mitad del filme parece encajar con la del intérprete. Y confiesa que cuando alguien le pregunta cuál es su mayor temor, él no duda: la histeria. De caos, desorden, suciedad y excesos está llena la película, un filme esperado por los muchos admiradores que Ballard (y Ben Wheatley) tienen alrededor del mundo. La histeria no sólo genera miedo, sino también curiosidad: "Hay una razón por la que gran parte de nuestra vida se construye alrededor de trabajar mucho durante un tiempo para poder descansar en vacaciones, o para soltarnos el pelo en una fiesta. Todos tenemos necesidades y apetitos que contenemos, con razón, pero creo que estamos interesados en qué ocurriría si no lo hiciésemos. La ficción de los últimos veinte años está obsesionada con el apocalipsis: ¿cuándo llegará?, ¿qué ocurrirá?, ¿cómo nos comportaremos cuando venga? Todos queremos saber quiénes llegaríamos a ser si viviésemos en un escenario extremo".

"Realmente pienso que el cine es, por definición, un examen de la soledad. Muchos de los héroes más interesantes de la historia del medio están solos: Black Swan, 12 Years A Slave, casi todo Clint Eastwood, los Corleone… espera, estoy intentando equilibrarlo con más personajes femeninos. Aunque sea más difícil". Mencionamos a Scarlett O’Hara, epítome de la lucha en soledad, y asiente con aprobación. "Siempre he encontrado interesante que nosotros como sociedad nos convirtamos en parte de un grupo que va a ver historias en la oscuridad para, acto seguido, identificarnos individualmente con alguien, normalmente una sola persona, que vive una crisis. Ser testigo de sus vulnerabilidades tiene un efecto catártico sobre nosotros".

Lleva la tragedia impresa en su ADN artístico, como los intérpretes de la isla de la que procede, y el nombre de Shakespeare es uno de los que más se repiten a lo largo de su biografía: ha participado en representaciones de Cymbeline y Otelo, en la adaptación para la BBC de Enrique IV y Enrique V y encarnó al Coriolanus del título en una obra agasajada por la crítica a principios de 2014. El otro nombre que se repite incesantemente en su historia, y que también está estrechamente ligado al bardo, es el de Kenneth Branagh. Tras verlo en Otelo, Branagh le incluyó entre los intérpretes de su adaptación radiofónica de Cyrano de Bergerac. Coincidieron después en la pequeña pantalla en la serie Wallander, basada en los libros de Henning Mankell, y compartieron escenario en el Ivanov versionado por Tom Stoppard. Así que durante las representaciones, cuando el actor y director supo que iba a encargarse de llevar la historia del mitológico y superheróico Thor a la gran pantalla, pensó en su compañero e insistió en que hiciese una audición para el papel protagonista. Loki, el antagonista que acabó tocándole en vez del héroe musculoso, se convirtió, en manos de Hiddleston y Branagh, en un remix de personajes shakespearianos escondidos tras un rostro travieso, malvado y trágico. A partir de ahí, el villano hizo historia.




Hiddleston es un ejemplo perfecto de la capacidad de multiplicación que tienen los inteŕpretes británicos. En el tiempo en que sus compañeros de la Marvel rodaban Age Of Ultron, Hiddleston, distanciado de momento de Loki, rodó High-Rise, también el cuento gótico de Guillermo del Toro, Crimson Peak, y el biopic del cantante de country Hank Williams I Saw The Light, con el que concurrió al Festival de Toronto. Además, ha finalizado la miniserie The Night Manager, basada en la novela de John Le Carré y producida por la BBC. Una agenda llena para un actor que llena cada plano.

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