JACK NICHOLSON PIDIÓ UNA PELÍCULA A MEDIDA COMO ÚLTIMO DESEO Y HOLLYWOOD SE LA CONCEDERÁ [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
"Moriré solo. Me gustaría tener un último romance, pero soy realista y sé que es muy difícil que eso ocurra porque les doy miedo. He tenido todo lo que un hombre puede desear en su vida, pero nadie podrá decir que he tenido éxito en los asuntos del corazón". Esta última frase sólo se entiende si les das al término "éxito" un significado distinto al que tienes ahora mismo en la cabeza
Existen muchos tipos de actores pero a todos nos gustan cinco. Los primeros son los actores clásicos: Cary Grant, Spencer Tracy, Henry Fonda, James Stewart…
Los segundos son los actores agujero negro. Son los que no interpretan al personaje sino que parecen ingeniárselas siempre para que el personaje les interprete a ellos. Son Clint Eastwood, Harrison Ford, Al Pacino, Denzel Washington, Tom Hanks…
Los terceros son el extremo contrario. Son los actores del método, aquellos que se sumergen tanto en el personaje que te acabas preguntando cómo se las ingeniarán para salir de él sin perder la cordura. Son Christian Bale, Marlon Brando, Heath Ledger y Joaquin Phoenix. Es también Daniel Day-Lewis exigiendo que el equipo de rodaje se dirigiera a él como "señor presidente" durante las pausas del rodaje de Lincoln por miedo a descabalgarse del personaje.
Los cuartos son los histriónicos. Son los que están pidiendo a gritos un personaje pasado de revoluciones para dar rienda suelta al súcubo que ha ocupado sus entrañas. Son Joe Pesci en Goodfellas, Leonardo DiCaprio en The Wolf Of Wall Street, Anthony Hopkins en The Silence Of The Lambs (un claro ejemplo de "histrionismo autocontenido") o Gary Oldman en todos sus papeles de villano.
El quinto es "todos los anteriores". Es decir: Jack Nicholson.
EL OCASO NICHOLSON
Jack Nicholson tiene 79 años, lleva sin actuar en una película desde 2010 y se rumorea que tiene Alzheimer. Es probablemente uno de los diez mejores actores de la Historia y el preferido, junto con James Cagney, de Stanley Kubrick, el director más excesivo, perfeccionista, obsesivo, minucioso y detallista del siglo XX. Y eso es mucho decir.
Jack Nicholson es también uno de los personajes más entrañables y canallas de Hollywood. Tanto que hace apenas un par de años se lamentaba en la prensa de su bien ganada fama entre las mujeres. "Moriré solo. Me gustaría tener un último romance, pero soy realista y sé que es muy difícil que eso ocurra porque les doy miedo. He tenido todo lo que un hombre puede desear en su vida, pero nadie podrá decir que he tenido éxito en los asuntos del corazón". Esta última frase sólo se entiende si les das al término "éxito" un significado distinto al que tienes ahora mismo en la cabeza.
Del extraño magnetismo de Nicholson, basado al 100% en una autoconfianza sobrenatural, se cuentan por cierto fabulosas historias en las calles de Los Angeles (su apodo en Hollywood es Jumping Jack por la facilidad con la que salta, o saltaba, de una mujer a otra). Pero ese artículo son otros 100 dólares. Y quizá por todo eso Hollywood ha gritado "zafarrancho de combate" en cuanto Jack Nicholson ha salido de su retiro voluntario en su vieja mansión en las colinas de Hollywood para pedirle a Brad Grey, el mismísimo CEO de Paramount, interpretar el papel de Peter Simonischek en el remake americano de la película alemana Toni Erdmann. Un remake que, por supuesto, no estaba en la mente de nadie más que de Nicholson. Porque Toni Erdmann se estrenó el pasado mes de julio en Alemania y un remake apresurado de ella parece tan necesario en estos momentos como uno de Rogue One. Pero esta es casi con total seguridad la última película que rodará Jack Nicholson y eso es suficiente como para que aquellos que han trabajado con él remuevan cielo y tierra para satisfacer su último capricho.
Jack Nicholson es el ser humano para el que se inventaron los gifs y los memes. Esto no es cierto, pero podría serlo perfectamente. Piensa en Jack Nicholson reventando a hachazos una puerta del hotel Overlook y asomando por la grieta el cacharro más perturbado de la historia del cine en The Shining; en Jack Nicholson erigiéndose como Rey de los Locos y siendo acallado por el sistema a golpe de lobotomía en One Flew Over the Cuckoo's Nest; en Jack Nicholson interpretándose a sí mismo en el Batman de 1989; en Jack Nicholson dando el discurso más derechista de la historia del cine en A Few Good Men; en Jack Nicholson logrando que empatices con uno de los personajes más antipáticos y desagradables jamás vistos en una pantalla de cine en As Good as It Gets; en Jack Nicholson adelantando por derecha a todas las muecas de Jim Carrey en The Departed; en Jack Nicholson interpretándose de nuevo a sí mismo en The Witches of Eastwick...
El remake de Toni Erdmann no tiene todavía director. Sí se sabe quién interpretará a la hija de Nicholson. Será la cómica Kristen Wiig, que también es una de los cuatro productores de la película (los otros tres son Will Ferrell, Jessica Elbaum y Adam McKay). La oportunidad, en fin, la pintan calvísima. La última película de Jack Nicholson fue How Do You Know en 2010, una tontería bastante prescindible en la que actuaba junto a Reese Witherspoon, Owen Wilson y Paul Rudd. Mejor la olvidas, o sigues sin conocerla si no la conocías. La última mínimamente decente, The Bucket List, de 2007, en la que interpretaba, junto a Morgan Freeman, a un enfermo terminal de cáncer. Pasable, pero tampoco nada excesivamente memorable. Ahí ya todos dábamos por sentado que Jack Nicholson se había ido para no volver jamás.
Así que tómate el remake de Toni Erdmann como lo que es: un regalo. La despedida de Jack Nicholson, un tipo con el que morirá una manera muy particular de entender la profesión de actor. Cuando nos falte él, ¿a quién recurriremos? Sus zapatos son enormes y los tiros del glamour y del canallismo van hoy en día por caminos muy diferentes a los transitados por Nicholson en sus buenos tiempos. Con desventaja para nosotros.
Existen muchos tipos de actores pero a todos nos gustan cinco. Los primeros son los actores clásicos: Cary Grant, Spencer Tracy, Henry Fonda, James Stewart…
Los segundos son los actores agujero negro. Son los que no interpretan al personaje sino que parecen ingeniárselas siempre para que el personaje les interprete a ellos. Son Clint Eastwood, Harrison Ford, Al Pacino, Denzel Washington, Tom Hanks…
Los terceros son el extremo contrario. Son los actores del método, aquellos que se sumergen tanto en el personaje que te acabas preguntando cómo se las ingeniarán para salir de él sin perder la cordura. Son Christian Bale, Marlon Brando, Heath Ledger y Joaquin Phoenix. Es también Daniel Day-Lewis exigiendo que el equipo de rodaje se dirigiera a él como "señor presidente" durante las pausas del rodaje de Lincoln por miedo a descabalgarse del personaje.
Los cuartos son los histriónicos. Son los que están pidiendo a gritos un personaje pasado de revoluciones para dar rienda suelta al súcubo que ha ocupado sus entrañas. Son Joe Pesci en Goodfellas, Leonardo DiCaprio en The Wolf Of Wall Street, Anthony Hopkins en The Silence Of The Lambs (un claro ejemplo de "histrionismo autocontenido") o Gary Oldman en todos sus papeles de villano.
El quinto es "todos los anteriores". Es decir: Jack Nicholson.
EL OCASO NICHOLSON
Jack Nicholson tiene 79 años, lleva sin actuar en una película desde 2010 y se rumorea que tiene Alzheimer. Es probablemente uno de los diez mejores actores de la Historia y el preferido, junto con James Cagney, de Stanley Kubrick, el director más excesivo, perfeccionista, obsesivo, minucioso y detallista del siglo XX. Y eso es mucho decir.
Jack Nicholson es también uno de los personajes más entrañables y canallas de Hollywood. Tanto que hace apenas un par de años se lamentaba en la prensa de su bien ganada fama entre las mujeres. "Moriré solo. Me gustaría tener un último romance, pero soy realista y sé que es muy difícil que eso ocurra porque les doy miedo. He tenido todo lo que un hombre puede desear en su vida, pero nadie podrá decir que he tenido éxito en los asuntos del corazón". Esta última frase sólo se entiende si les das al término "éxito" un significado distinto al que tienes ahora mismo en la cabeza.
Del extraño magnetismo de Nicholson, basado al 100% en una autoconfianza sobrenatural, se cuentan por cierto fabulosas historias en las calles de Los Angeles (su apodo en Hollywood es Jumping Jack por la facilidad con la que salta, o saltaba, de una mujer a otra). Pero ese artículo son otros 100 dólares. Y quizá por todo eso Hollywood ha gritado "zafarrancho de combate" en cuanto Jack Nicholson ha salido de su retiro voluntario en su vieja mansión en las colinas de Hollywood para pedirle a Brad Grey, el mismísimo CEO de Paramount, interpretar el papel de Peter Simonischek en el remake americano de la película alemana Toni Erdmann. Un remake que, por supuesto, no estaba en la mente de nadie más que de Nicholson. Porque Toni Erdmann se estrenó el pasado mes de julio en Alemania y un remake apresurado de ella parece tan necesario en estos momentos como uno de Rogue One. Pero esta es casi con total seguridad la última película que rodará Jack Nicholson y eso es suficiente como para que aquellos que han trabajado con él remuevan cielo y tierra para satisfacer su último capricho.
Jack Nicholson es el ser humano para el que se inventaron los gifs y los memes. Esto no es cierto, pero podría serlo perfectamente. Piensa en Jack Nicholson reventando a hachazos una puerta del hotel Overlook y asomando por la grieta el cacharro más perturbado de la historia del cine en The Shining; en Jack Nicholson erigiéndose como Rey de los Locos y siendo acallado por el sistema a golpe de lobotomía en One Flew Over the Cuckoo's Nest; en Jack Nicholson interpretándose a sí mismo en el Batman de 1989; en Jack Nicholson dando el discurso más derechista de la historia del cine en A Few Good Men; en Jack Nicholson logrando que empatices con uno de los personajes más antipáticos y desagradables jamás vistos en una pantalla de cine en As Good as It Gets; en Jack Nicholson adelantando por derecha a todas las muecas de Jim Carrey en The Departed; en Jack Nicholson interpretándose de nuevo a sí mismo en The Witches of Eastwick...
El remake de Toni Erdmann no tiene todavía director. Sí se sabe quién interpretará a la hija de Nicholson. Será la cómica Kristen Wiig, que también es una de los cuatro productores de la película (los otros tres son Will Ferrell, Jessica Elbaum y Adam McKay). La oportunidad, en fin, la pintan calvísima. La última película de Jack Nicholson fue How Do You Know en 2010, una tontería bastante prescindible en la que actuaba junto a Reese Witherspoon, Owen Wilson y Paul Rudd. Mejor la olvidas, o sigues sin conocerla si no la conocías. La última mínimamente decente, The Bucket List, de 2007, en la que interpretaba, junto a Morgan Freeman, a un enfermo terminal de cáncer. Pasable, pero tampoco nada excesivamente memorable. Ahí ya todos dábamos por sentado que Jack Nicholson se había ido para no volver jamás.
Así que tómate el remake de Toni Erdmann como lo que es: un regalo. La despedida de Jack Nicholson, un tipo con el que morirá una manera muy particular de entender la profesión de actor. Cuando nos falte él, ¿a quién recurriremos? Sus zapatos son enormes y los tiros del glamour y del canallismo van hoy en día por caminos muy diferentes a los transitados por Nicholson en sus buenos tiempos. Con desventaja para nosotros.
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