LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE VALERIAN [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
¿Alguien recuerda la última vez que vio ciencia ficción de alto presupuesto en una película europea?
Luc Besson despliega un espectacular imaginario visual en una de las producciones más caras de la historia del cine del continente europeo. Ciencia ficción de alto presupuesto (casi 200 millones de euros, sin contar el gasto publicitario) que se degusta con fruición notoria ante ese colorido acabado final de Valerian and the City of a Thousand Planets.
En el siglo XXVIII, Valerian (Dane DeHaan) y Laureline (Cara Delevingne) forman un equipo de agentes especiales encargados de mantener el orden en todos los territorios humanos. A las órdenes del Ministro de Defensa, los dos se embarcan en una misión a la asombrosa ciudad de Alpha, una metrópolis en constante expansión, donde especies de todo el universo han convivido durante siglos para compartir conocimientos, inteligencia y cultura. Pero hay un misterio en el centro de Alpha, una fuerza oscura que amenaza la pacífica existencia de la Ciudad de los Mil Planetas. Así, Valerian y Laureline disponen de poco tiempo para identificar la acechante amenaza y salvaguardar no sólo Alpha, sino el futuro del universo.
Luc Besson es como una fiera por la forma en la que consigue hacer comerciales propuestas que en principio estaría dirigidas a un público restringido. Los mundos a los que nos transporta y la forma en la que nos hace pensar desde esas tribulaciones en la actualidad más candente es lo mejor que tiene para apreciar. Por otra parte, ¿a quién no le encantan los proyectos en los que los autores reivindican algo original poniéndole huevos y arriesgándolo todo? Sí, 200 millones de euros lo es todo.
Aunque los fans del comic deben ser conscientes de que la recepción del público será menos calurosa que la de ellos. Lo primero en lo que estaremos de acuerdo es que estamos ante una rara avis: ¿ciencia ficción de alto presupuesto en una producción europea? ¿Alguien recuerda la última vez que vio una película de estas características? Pero es que encima, claro, está basada en una serie de comics franco-belgas adaptando un material de lo más interesante de una forma innovadora. Eso sí, los efectos especiales, el diseño artístico y de producción es de primera categoría: las capturas de movimiento, el diseño de las criaturas que pueblan la película, la postproducción… todo parece ser una delicia. Además, al ser colorida es una cinta que se arriesga a recuperar el espíritu de las películas aventureras de los 80 pero que adopta un tono desenfadado, simpático y hasta un poco naif (if you know what I mean). Es muy película blanca y digerible para el público general.
Los problemas de Valerian proceden del guión. Por un lado, la trama sentimental que mueve a los personajes y sirve de hilo conductor está muy desfasada; por otro lado, Besson ha sido incapaz de meter la tijera en el corte final de la edición y por eso algunos personajes son desarrollados de forma paupérrima y da la impresión de que el metraje se cae de bruces en varios momentos. Pero el viaje espacial sigue valiendo la pena a pesar de que se tenga que realizar con un exceso de escalas.
Por otra parte, está garantizado de que encontraremos secuencias emblemáticas que se nos quedarán grabadas en la imaginación con guiños a otras grandes obras magnas de la sci-fi, desde Total Recall hasta la saga de Star Trek o de Avatar. Películas que por cierto recibieron una influencia directa del comic. Luego, respecto al reparto, Dane DeHaan y Cara Delevigne tienen buena química, algo imprescindible para desarrollar sus respectivos roles, es que, además, la han pasado muy bien grabando la película, y se nota en su trabajo final. Por lo demás, es emocionante ver a Rutger Hauer en un cameo y es muy curioso ver a Ethan Hawke o Clive Owen desarrollando papeles imaginativos, histriónicos y divertidos, por no hablar del personaje al que dobla John Goodman. Hasta los excesos de Rihanna están justificados y funcionan.
También funciona el sentido del humor en el primer tramo de la historia pero se cae bastante en el segundo. Aunque el humor nunca se extingue por completo, sí que contribuye a que quede de manifiesto que a la película le sobra entre treinta y cuarenta minutos. Cortarle esos minutos al metraje le daría una fluidez que, al ver el cuadro grande, resulta bastante necesaria. Y, aunque podar el guión le habría hecho un gran favor a la propuesta y la habría hecho más sobresaliente, también nos habría privado de secuencias poderosas aunque, narrativamente, están mal imbricadas en la trama principal.
Y es que el poder de Valerian reside en su mito. Es, por encima de todo, la película del comic que inspiró a la saga de Star Wars. La historieta empezó a publicarse en 1967 y este año celebró su 50 aniversario. Entonces, el despliegue étnico de especies extraterrestres, los distintos ambientes, los vehículos estelares e incluso lod tugurios sirvieron de inspiración a diseños artísticos como La Cantina de Mos Eisley, La Ciudad de las Nubes (Cloud City en inglés) de The Empire Strikes Back o la barcaza de Jabba en Return of the Jedi. Incluso la idea de la cámara de congelación en carbonita o el aspecto del Gobernador Tarkin son indiscutiblemente semejantes con lo que mostraba Valerian, algo que George Lucas siempre negó a pesar de la clara evidencia.
Tanto fue así que, en el año 1983, tras el estreno del Episodio VI, Pierre Christin y Jean-Claude Mézières -creadores del comic original- le dedicaron a Lucas una ilustración publicada en la revista Pilote en la que Leia y Luke coinciden en la cantina de Mos Eisley con Valerian y Laureline. "Es curioso habernos encontrado aquí", dice Leia. "Ni tanto, nosotros venimos a este bar desde hace mucho tiempo", contesta Laureline.
Y si nos resulta familiar el mundo que despliega la película, es porque Mézierès ya trabajó con Besson en el diseño de producción de The Fifth Element en 1997, película que reproducía el ambiente futurista de las historietas de Valerian y Laureline, tanto en el plano argumental como en el estético. Y es que la sombra de Valerian es alargada y se ha proyectado en muchas otras películas que se te vendrán a la cabeza viendo esta película: Alien, Blade Runner y hasta Guardians Of The Galaxy.
"Si pones en tu película el corazón, la cabeza y los huevos, puede que no llegue a ser un éxito, pero a alguien le gustará. Y yo dejo todo eso en todo lo que hago", sentenció Besson en las entrevistas promocionales. Así es como en el páramo de los blockbusters espaciales de los últimos tiempos (Passengers o Life entre otros) florece esta película en la que hay que valorar, sobre todo, la asunción de muchos riesgos y el sello de autor asociado a un producto final muy digno. Así que, si la vas a ver, levanta también un brindis por los huevos de Besson.
Luc Besson despliega un espectacular imaginario visual en una de las producciones más caras de la historia del cine del continente europeo. Ciencia ficción de alto presupuesto (casi 200 millones de euros, sin contar el gasto publicitario) que se degusta con fruición notoria ante ese colorido acabado final de Valerian and the City of a Thousand Planets.
En el siglo XXVIII, Valerian (Dane DeHaan) y Laureline (Cara Delevingne) forman un equipo de agentes especiales encargados de mantener el orden en todos los territorios humanos. A las órdenes del Ministro de Defensa, los dos se embarcan en una misión a la asombrosa ciudad de Alpha, una metrópolis en constante expansión, donde especies de todo el universo han convivido durante siglos para compartir conocimientos, inteligencia y cultura. Pero hay un misterio en el centro de Alpha, una fuerza oscura que amenaza la pacífica existencia de la Ciudad de los Mil Planetas. Así, Valerian y Laureline disponen de poco tiempo para identificar la acechante amenaza y salvaguardar no sólo Alpha, sino el futuro del universo.
Luc Besson es como una fiera por la forma en la que consigue hacer comerciales propuestas que en principio estaría dirigidas a un público restringido. Los mundos a los que nos transporta y la forma en la que nos hace pensar desde esas tribulaciones en la actualidad más candente es lo mejor que tiene para apreciar. Por otra parte, ¿a quién no le encantan los proyectos en los que los autores reivindican algo original poniéndole huevos y arriesgándolo todo? Sí, 200 millones de euros lo es todo.
Aunque los fans del comic deben ser conscientes de que la recepción del público será menos calurosa que la de ellos. Lo primero en lo que estaremos de acuerdo es que estamos ante una rara avis: ¿ciencia ficción de alto presupuesto en una producción europea? ¿Alguien recuerda la última vez que vio una película de estas características? Pero es que encima, claro, está basada en una serie de comics franco-belgas adaptando un material de lo más interesante de una forma innovadora. Eso sí, los efectos especiales, el diseño artístico y de producción es de primera categoría: las capturas de movimiento, el diseño de las criaturas que pueblan la película, la postproducción… todo parece ser una delicia. Además, al ser colorida es una cinta que se arriesga a recuperar el espíritu de las películas aventureras de los 80 pero que adopta un tono desenfadado, simpático y hasta un poco naif (if you know what I mean). Es muy película blanca y digerible para el público general.
Los problemas de Valerian proceden del guión. Por un lado, la trama sentimental que mueve a los personajes y sirve de hilo conductor está muy desfasada; por otro lado, Besson ha sido incapaz de meter la tijera en el corte final de la edición y por eso algunos personajes son desarrollados de forma paupérrima y da la impresión de que el metraje se cae de bruces en varios momentos. Pero el viaje espacial sigue valiendo la pena a pesar de que se tenga que realizar con un exceso de escalas.
Por otra parte, está garantizado de que encontraremos secuencias emblemáticas que se nos quedarán grabadas en la imaginación con guiños a otras grandes obras magnas de la sci-fi, desde Total Recall hasta la saga de Star Trek o de Avatar. Películas que por cierto recibieron una influencia directa del comic. Luego, respecto al reparto, Dane DeHaan y Cara Delevigne tienen buena química, algo imprescindible para desarrollar sus respectivos roles, es que, además, la han pasado muy bien grabando la película, y se nota en su trabajo final. Por lo demás, es emocionante ver a Rutger Hauer en un cameo y es muy curioso ver a Ethan Hawke o Clive Owen desarrollando papeles imaginativos, histriónicos y divertidos, por no hablar del personaje al que dobla John Goodman. Hasta los excesos de Rihanna están justificados y funcionan.
También funciona el sentido del humor en el primer tramo de la historia pero se cae bastante en el segundo. Aunque el humor nunca se extingue por completo, sí que contribuye a que quede de manifiesto que a la película le sobra entre treinta y cuarenta minutos. Cortarle esos minutos al metraje le daría una fluidez que, al ver el cuadro grande, resulta bastante necesaria. Y, aunque podar el guión le habría hecho un gran favor a la propuesta y la habría hecho más sobresaliente, también nos habría privado de secuencias poderosas aunque, narrativamente, están mal imbricadas en la trama principal.
Y es que el poder de Valerian reside en su mito. Es, por encima de todo, la película del comic que inspiró a la saga de Star Wars. La historieta empezó a publicarse en 1967 y este año celebró su 50 aniversario. Entonces, el despliegue étnico de especies extraterrestres, los distintos ambientes, los vehículos estelares e incluso lod tugurios sirvieron de inspiración a diseños artísticos como La Cantina de Mos Eisley, La Ciudad de las Nubes (Cloud City en inglés) de The Empire Strikes Back o la barcaza de Jabba en Return of the Jedi. Incluso la idea de la cámara de congelación en carbonita o el aspecto del Gobernador Tarkin son indiscutiblemente semejantes con lo que mostraba Valerian, algo que George Lucas siempre negó a pesar de la clara evidencia.
Tanto fue así que, en el año 1983, tras el estreno del Episodio VI, Pierre Christin y Jean-Claude Mézières -creadores del comic original- le dedicaron a Lucas una ilustración publicada en la revista Pilote en la que Leia y Luke coinciden en la cantina de Mos Eisley con Valerian y Laureline. "Es curioso habernos encontrado aquí", dice Leia. "Ni tanto, nosotros venimos a este bar desde hace mucho tiempo", contesta Laureline.
Y si nos resulta familiar el mundo que despliega la película, es porque Mézierès ya trabajó con Besson en el diseño de producción de The Fifth Element en 1997, película que reproducía el ambiente futurista de las historietas de Valerian y Laureline, tanto en el plano argumental como en el estético. Y es que la sombra de Valerian es alargada y se ha proyectado en muchas otras películas que se te vendrán a la cabeza viendo esta película: Alien, Blade Runner y hasta Guardians Of The Galaxy.
"Si pones en tu película el corazón, la cabeza y los huevos, puede que no llegue a ser un éxito, pero a alguien le gustará. Y yo dejo todo eso en todo lo que hago", sentenció Besson en las entrevistas promocionales. Así es como en el páramo de los blockbusters espaciales de los últimos tiempos (Passengers o Life entre otros) florece esta película en la que hay que valorar, sobre todo, la asunción de muchos riesgos y el sello de autor asociado a un producto final muy digno. Así que, si la vas a ver, levanta también un brindis por los huevos de Besson.
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