SILENCE Y LAS CINCO OBSESIONES DE MARTIN SCORSESE [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
El veterano director estrena su último drama histórico con todas las inquietudes que han recorrido su cine a lo largo de cinco décadas
Familia: Concepto básico para todo italoamericano, pero él parece obsesionado con las figuras paternas. Quizá su trabajo más claro en ese sentido sea , The Departed con Jack Nicholson como Padre (adoptivo) Terrible de Matt Damon y Leonardo DiCaprio. Y luego, claro, está la Familia de Goodfellas o Casino.
Música: Los Rolling Stones son su debilidad: pasó de montar secuencias enteras sobre canciones suyas a dirigirlos en concierto en Shine a Light. Otros grupos imprescindibles en su colección de vinilos son: The Clash, Bob Dylan, Walter Zevon, The Ronettes y -en el caso de Raging Bull- Pietro Mascagni.
Autodestrucción: Sus personajes suelen tener claro el concepto. Por ejemplo, el Jordan Belfort de The Wolf of Wall Street se sacrifica en el altar del capitalismo, mientras que los protagonistas de Mean Streets o Bringing Out the Dead parecen competir en una carrera por la iluminación a través del dolor.
Religión: Ha firmado películas explícitamente sobre la fe, con Kundun y The Last Temptation of Christ a la cabeza. Sin embargo, la segunda fue redundante: en el fondo, After Hours ya trataba el via crucis en tono de farsa disparatada. Y The King of Comedy tenía a Jerry Lewis como figura mesiánica.
Violencia: Travis Bickle es un apóstol de la purificación a través de la sangre, y lo mismo podríamos decir de las bandas enfrentadas (a muerte) en Gangs of New York. Puede llegar a ser tan brutal (Cape Fear) que películas como The Age of Innocence o Hugo resultan harto atípicas.
Música: Los Rolling Stones son su debilidad: pasó de montar secuencias enteras sobre canciones suyas a dirigirlos en concierto en Shine a Light. Otros grupos imprescindibles en su colección de vinilos son: The Clash, Bob Dylan, Walter Zevon, The Ronettes y -en el caso de Raging Bull- Pietro Mascagni.
Autodestrucción: Sus personajes suelen tener claro el concepto. Por ejemplo, el Jordan Belfort de The Wolf of Wall Street se sacrifica en el altar del capitalismo, mientras que los protagonistas de Mean Streets o Bringing Out the Dead parecen competir en una carrera por la iluminación a través del dolor.
Religión: Ha firmado películas explícitamente sobre la fe, con Kundun y The Last Temptation of Christ a la cabeza. Sin embargo, la segunda fue redundante: en el fondo, After Hours ya trataba el via crucis en tono de farsa disparatada. Y The King of Comedy tenía a Jerry Lewis como figura mesiánica.
Violencia: Travis Bickle es un apóstol de la purificación a través de la sangre, y lo mismo podríamos decir de las bandas enfrentadas (a muerte) en Gangs of New York. Puede llegar a ser tan brutal (Cape Fear) que películas como The Age of Innocence o Hugo resultan harto atípicas.
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