NADIE HABLARÁ DE LOS HATERS CUANDO ESTÉN MUERTOS [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Los autores de las antiguas novelas por entregas tenían detractores, lo que hoy se les conoce como haters, palabra fea pero utilísima porque comprime el concepto "pelotudo con tiempo para ensañarse contra aquello que odia, envidia o le resulta provocador".
Oscar Wilde respondía a las cartas de los detractores de Dorian Grey (sí, fue publicada por entregas) de la misma manera que hoy guionistas responden a los haters en Twitter. Y es que le resulta difícil a un autor no responder a quienes, de manera gratuita y con saña, atacan lo que el escritor ha tardado meses y hasta años en dar forma. Es el impulso natural de un padre o una madre por defender a su hijo. Un impulso que uno quisiera controlar porque es un desgaste y una pérdida de tiempo. Te afecta aunque seas un Wilde o un Abrams. Resulta que, por más profesionales que sean, los escritores son tan vulnerable como el autor de una función escolar. Pero al final hay premio.
Nadie recuerda a los detractores de Wilde. Grábatelo: NADIE. Sólo se recuerda que les escandalizó Dorian Grey. De la misma manera, la saña contra las obras u obritas (por breves, no por poco ambiciosas) de los escritores de ahora caerán en el olvido.
Oscar Wilde respondía a las cartas de los detractores de Dorian Grey (sí, fue publicada por entregas) de la misma manera que hoy guionistas responden a los haters en Twitter. Y es que le resulta difícil a un autor no responder a quienes, de manera gratuita y con saña, atacan lo que el escritor ha tardado meses y hasta años en dar forma. Es el impulso natural de un padre o una madre por defender a su hijo. Un impulso que uno quisiera controlar porque es un desgaste y una pérdida de tiempo. Te afecta aunque seas un Wilde o un Abrams. Resulta que, por más profesionales que sean, los escritores son tan vulnerable como el autor de una función escolar. Pero al final hay premio.
Nadie recuerda a los detractores de Wilde. Grábatelo: NADIE. Sólo se recuerda que les escandalizó Dorian Grey. De la misma manera, la saña contra las obras u obritas (por breves, no por poco ambiciosas) de los escritores de ahora caerán en el olvido.
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