[ESPECIAL] ACCIDENTES ABSURDOS EN LOS PLATÓS DE CINE [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]

Schwarzenegger bebiendo ácido de batería, Channing Tatum escaldándose los testículos, James Cameron drogadísimo… estas son las catástrofes más idiotas jamás ocurridas en un rodaje


Algunos rodajes son un infierno. Hay otros que son peores aún, porque se cobran víctimas mortales debido a la imprudencia o al azar. Y luego están esos en los que no muere nadie pero que dejan tras de sí un rastro de fracturas y cicatrices debido a accidentes absurdos. Bien por culpa del destino, o por la pura y simple estupidez humana, las catástrofes que ocurrieron en estos platós nos hacen sentir lástima y nos dan risa a la vez. Compruébalo a continuación con este especial que te trae el portal web Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica.


Schwarzenegger y sus dientes ardientes (Batman & Robin - 1997)

Por si fuera poco con los diálogos que le encasquetó el guión (con esos juegos de palabras que dejaron helado al público) y con la mala fama arrastrada por el filme, Arnie salió de Batman & Robin con muy mal sabor de boca. Resulta que su caracterización como Mr. Freeze le obligaba a llevar unas luces LED dentro de su cavidad bucal, y dichas luces estaban alimentadas por pilas que se desgastaban al contacto con la saliva del actor, liberando su contenido ácido. La estampa de un Schwarzenegger intoxicado, boqueando y gritando "¡quítenme esta mierda de la boca!", debía de ser digna de verse.


Steven Seagal le rompe la muñeca a James Bond (Never Say Never Again - 1983)

La opinión popular es que, de todos los James Bond que en el MI6 han sido, el de Sean Connery es el más guapo (no por bonito) y el más duro. Sin embargo, el actor de Above the Law consiguió algo que no lograron ni el doctor No, ni Ernst Stavro Blofeld, ni Rosa Klebb: romperle un hueso al 007. Seagal, que aún no había debutado como actor, era el responsable de las escenas de acción de Never Say Never Again; y, preparando una de ellas, tuvo una bronca con el siempre temperamental escocés. Al final, y tras el forcejeo de rigor, el escafoides de Connery acabó pagando el pato.


Michael J. Fox casi muere ahorcado en Hill Valley (Back To The Future III - 1990)

Que Michael J. Fox arrastra cierta mufa es algo que sabemos todos, y sobre lo que no hace falta entrar en detalles. Pero esta anécdota debería probarlo para siempre: resulta que, rodando su última aventura como Marty McFly, el canadiense debía rodar una escena en la que es ahorcado por la banda de Buford Tannen (Thomas F. Wilson, para variar). Para darle más realismo a la escena, Fox se prestó a rodarla sin medidas de seguridad y el resultado fue que... ¡casi se asfixia al dejar de sostener el nudo corredizo! "Menos mal que Robert Zemeckis se dio cuenta de que yo no soy tan buen actor", comentó un jocoso Fox en su autobiografía.


James Cameron se alucina en el Titanic (Titanic - 1997)

Trabajar con James Cameron es muy difícil. Odiarle, en cambio, es facilísimo. Pero la venganza que tuvo lugar durante la fiesta de fin de rodaje de Titanic se nos antoja excesiva: aquella noche, una mano anónima (se sospecha de dos cocineros a los que el director había despedido, para variar, con arrancada de galones y todo) vertió fenciclidina en la última cena del equipo. Bajo los efectos de dicha droga, también conocida como PCP o 'polvo de ángel', 80 personas (entre actores y técnicos) empezaron a alucinar en colores, y tuvieron que ser hospitalizadas, incluyendo al propio director. Según Bill Paxton: "A Jim se le puso un ojo como el de Terminator, completamente rojo, sin iris ni pupila". Sobre si Cameron seguía intoxicado durante la gala de los Oscar del año siguiente, cuando las 11 estatuillas y el "¡I'm the king of the world!", preferimos no especular.


Tarantino casi estrangula a Diane Kruger (Inglorious Bastards - 2009)

¿Está Quentin Tarantino dispuesto a matar en el nombre del cine? Nosotros no decimos que sí ni que no, pero es cierto que, en una ocasión, su pasión de cineasta estuvo a punto de cobrarse una víctima mortal. Para la escena en la que Hans Landa (Christoph Waltz) asfixia al personaje de Diane Kruger, el genio de la gran mandíbula quería obtener una intensidad y un realismo nunca antes vistos. De modo que, con el permiso de la actriz, se vistió de coronel nazi y se puso manos a la obra. Es decir, al cuello. Quentin se dejó llevar por el momento y Kruger acabó inconsciente.


Dolph Lundgren le rompió el corazón a Rocky (Rocky IV - 1985)

Basta con verle en la saga The Expendables para saber que Sylvester Stallone lleva muchas cicatrices en el cuerpo. Y muchas de ellas, si no todas, se las ha llevado como recuerdo de otras tantas películas. Pero, seguramente, esta ha sido la vez que más cerca ha estado de no contarla: rodando Rocky IV, Sly y Lundgren decidieron golpearse de verdad, para así dotar de más realismo a la pelea final entre Rocky Balboa e Ivan Drago. Tras la pelea, Stallone empezó a sentir un ardor en el pecho y, poco más tarde, fue trasladado en avión a un hospital de California: uno de los directos propinados por el sueco le había provocado una inflamación cardiaca.


Brad Pitt es Aquiles hasta el final (Troy - 2004)

Algunos accidentes de este informe destacan por su gravedad. Otros, por lo ridículos que resultan. Este, en cambio, se nos antoja de lo más apropiado, porque, para romperse el tendón de Aquiles (ese que está situado en el talón y que debe su nombre al héroe griego), pues, qué mejor que hacerlo interpretando al propio Aquiles en un filme sobre la Guerra de Troya. "Es tan triste, tan estúpido y tan tonto que no da ni para un buen titular", señaló Pitt al admitir que la historia era cierta. Al menos, y a diferencia del auténtico Aquiles, él salió vivo del percance.


Channing Tatum y sus huevos a la legionaria (The Eagle - 2011)

Como demuestran una infinidad de péplum, el uniforme de legionario romano da todo pum para arriba. Pero esa faldita tan airosa tiene un problema en los climas fríos, ya que le da mucha ventilación a las ingles. Constatando que el clima de Escocia, donde se rodó The Eagle, estaba dejando sus partes nobles bajo cero, Tatum tuvo la "genial" idea de pedirle a su asistente que le derramase agua caliente bajo la cintura para atenuar el frío. ¿El resultado? Una seria quemadura: "Menos mal que no dejó cicatriz: esa zona se cura rápido", comentó el interesado.


Los rayos divinos de Jim Caviezel (The Passion of the Christ - 2004)

Cristiano devoto, Caviezel se tomó muy en serio su participación en el torture porn sacro de Mel Gibson. Y, durante el rodaje, debió de sentir muchas ganas de cantar el Always Look On the Bright Side of Life: por si no le bastara con haberse dislocado el hombro de tanto cargar con su cruz, el actor fue alcanzado, no por uno, sino por dos rayos. El primero le impactó cuando rodaba la escena del Sermón de la Montaña, y el segundo, cuando ya estaba clavado en el Gólgota. Según admite el propio actor, el comentario de Gibson al verle tras la primera descarga fue: "¿Qué carajo te ha pasado en el cabello?".


Viggo Mortensen: "¡Que daño me he hecho!" (The Lord of the Rings: The Two Towers - 2002)

Sobrevivió al terror de los Nazgûl, sobrevivió al Abismo de Helm y sobrevivió a la ira de Sauron. Pero lo que se cobró el mayor impacto físico sobre el intérprete de Aragorn fue… ¡darle una patada a un casco de orco que estaba tirado por el suelo durante el rodaje de una escena! A resultas de su mala pata, Mortensen se rompió dos dedos del pie, pero aprovechó el dolor (y, sospechamos, también la frustración causada por un accidente tan tonto) para darle más verismo a su trabajo, postrándose de rodillas en el suelo. Un auténtico hijo de Gondor, sin dudas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA ESTAFA DEL GANO EXCEL, LATTE 365, GANO CAFÉ, ORGANO GOLD, GANODERMA LUCIDUM, GANO LIFE O GANO LATTE

EL DÍA QUE STEVEN SEAGAL SE CAGÓ EN LOS PANTALONES

SIMON BAKER: "CUANDO LEÍ EL GUIÓN DE EL MENTALISTA POR PRIMERA VEZ PENSÉ QUE NO GRABARÍAMOS MÁS QUE EL EPISODIO PILOTO"