¿POR QUÉ HAS ABANDONADO TUS PASIONES EN FAVOR DE LLEVAR UNA VIDA "NORMAL"? [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Para enderezar una inercia que desmotiva, los expertos coinciden en señalar que es fundamental volver a percibir que lo que uno hace tiene un propósito
Alan Watts, filósofo británico experto en identidad personal, sintetizó todo el sentido de una existencia completa en una sola frase: "No puedes vivir en absoluto, a menos que vivas plenamente". Entonces, ¿por qué, en muchas ocasiones, alcanzado un determinado estatus, nos dejamos llevar por los patrones sociales de una supuesta vida normal en detrimento de aquello que realmente siempre nos ha apasionado?
Para sacarle el máximo partido a la vida conviene plantearla como una aventura permanente en la que no posponer para mañana lo que se pueda disfrutar hoy, sin que nunca sea demasiado tarde para ello. Poner en práctica esta actitud supone plantar cara a las razones por las que, más frecuentemente de lo que parece, nos sentimos desorientados en nuestras vidas.
Según el divulgador científico David DiSalvo, una de esas principales razones es el llamado Síndrome de Deriva, que se experimenta cuando uno no es capaz de explicar (ni a los demás ni a sí mismo) por qué se dedica a algo, tanto en el plano laboral como en el de ocio, generando la sensación de haber perdido las riendas de un proyecto y optar por dejarse llevar.
Para mucha gente, su trabajo es un medio para pagar las facturas, no una salida para dar rienda suelta sus pasiones. Esto, asegura DiSalvo, acaba convirtiéndose en un círculo vicioso ya que, si consideramos que estamos demasiado ocupados con los trabajos y rutinas cotidianas para perseguir lo que realmente nos apasiona, resulta inevitable llegar a sentirse perdido y vulnerable.
Para enderezar una inercia que desmotiva, los expertos coinciden en señalar que es fundamental volver a percibir que lo que uno hace tiene un propósito, una significativa razón de ser. Así que regularmente conviene definir de forma nítida el objetivo y dirigirse directamente hacia él sin atajos pero con determinación.
Resulta importante para alcanzarlo contar con un auténtico soporte social más allá de las populares redes sociales, frecuentemente sobrecargadas de asuntos triviales. Si algo nos apasiona, dejémonos contagiar por ello a través de personas que comparten esa misma pasión. Nunca fue tan fácil poder contactar con ellas para compartir experiencias y conocimiento pero, sin embargo, el índice de gente que se siente aislada a pesar de una hiperconectividad exagerada no para de aumentar.
En el proceso de recuperación de la propia esencia y de reencuentro con las verdaderas pasiones es recomendable un filtro de información. En el día a día nos vemos sometidos a una sobrecarga excesiva de conocimiento: almacenamos demasiado material en nuestra mente para poder manejarlo con eficacia y esto contribuye a sentirnos sobrecargados, generando un sentimiento de no estar nunca a la altura de las responsabilidades y demandas que enfrentamos sin cesar.
Para contrarrestar esas percepciones negativas tenemos que encontrar herramientas para descargar parte de nuestra sobrecarga cognitiva. Encontrar el camino por el que encauzar nuestro instinto aventurero y dejar atrás esa vida tan normal como aburrida requiere poder recurrir a ejemplos de gente que ya se atrevió a dar el paso antes.
La teoría está perfectamente definida y parece fácil decirlo, pero ¿qué ocurre cuando tomamos la decisión de hacerlo y llevar a la práctica un cambio radical en nuestra rutina diaria para perseguir nuestros sueños por más inalcanzables que parezcan? Lo primordial es localizar las herramientas que nos hagan ese tránsito. Un truco más fácil para localizar esa herramienta conciste en preguntarte qué querías ser antes de adquirir un sinfín de compromisos que al final no te sirvieron más que para estar estresado todo el día. En esa pregunta está la clave de la existencia plena.
Alan Watts, filósofo británico experto en identidad personal, sintetizó todo el sentido de una existencia completa en una sola frase: "No puedes vivir en absoluto, a menos que vivas plenamente". Entonces, ¿por qué, en muchas ocasiones, alcanzado un determinado estatus, nos dejamos llevar por los patrones sociales de una supuesta vida normal en detrimento de aquello que realmente siempre nos ha apasionado?
Para sacarle el máximo partido a la vida conviene plantearla como una aventura permanente en la que no posponer para mañana lo que se pueda disfrutar hoy, sin que nunca sea demasiado tarde para ello. Poner en práctica esta actitud supone plantar cara a las razones por las que, más frecuentemente de lo que parece, nos sentimos desorientados en nuestras vidas.
Según el divulgador científico David DiSalvo, una de esas principales razones es el llamado Síndrome de Deriva, que se experimenta cuando uno no es capaz de explicar (ni a los demás ni a sí mismo) por qué se dedica a algo, tanto en el plano laboral como en el de ocio, generando la sensación de haber perdido las riendas de un proyecto y optar por dejarse llevar.
Para mucha gente, su trabajo es un medio para pagar las facturas, no una salida para dar rienda suelta sus pasiones. Esto, asegura DiSalvo, acaba convirtiéndose en un círculo vicioso ya que, si consideramos que estamos demasiado ocupados con los trabajos y rutinas cotidianas para perseguir lo que realmente nos apasiona, resulta inevitable llegar a sentirse perdido y vulnerable.
Para enderezar una inercia que desmotiva, los expertos coinciden en señalar que es fundamental volver a percibir que lo que uno hace tiene un propósito, una significativa razón de ser. Así que regularmente conviene definir de forma nítida el objetivo y dirigirse directamente hacia él sin atajos pero con determinación.
Resulta importante para alcanzarlo contar con un auténtico soporte social más allá de las populares redes sociales, frecuentemente sobrecargadas de asuntos triviales. Si algo nos apasiona, dejémonos contagiar por ello a través de personas que comparten esa misma pasión. Nunca fue tan fácil poder contactar con ellas para compartir experiencias y conocimiento pero, sin embargo, el índice de gente que se siente aislada a pesar de una hiperconectividad exagerada no para de aumentar.
En el proceso de recuperación de la propia esencia y de reencuentro con las verdaderas pasiones es recomendable un filtro de información. En el día a día nos vemos sometidos a una sobrecarga excesiva de conocimiento: almacenamos demasiado material en nuestra mente para poder manejarlo con eficacia y esto contribuye a sentirnos sobrecargados, generando un sentimiento de no estar nunca a la altura de las responsabilidades y demandas que enfrentamos sin cesar.
Para contrarrestar esas percepciones negativas tenemos que encontrar herramientas para descargar parte de nuestra sobrecarga cognitiva. Encontrar el camino por el que encauzar nuestro instinto aventurero y dejar atrás esa vida tan normal como aburrida requiere poder recurrir a ejemplos de gente que ya se atrevió a dar el paso antes.
La teoría está perfectamente definida y parece fácil decirlo, pero ¿qué ocurre cuando tomamos la decisión de hacerlo y llevar a la práctica un cambio radical en nuestra rutina diaria para perseguir nuestros sueños por más inalcanzables que parezcan? Lo primordial es localizar las herramientas que nos hagan ese tránsito. Un truco más fácil para localizar esa herramienta conciste en preguntarte qué querías ser antes de adquirir un sinfín de compromisos que al final no te sirvieron más que para estar estresado todo el día. En esa pregunta está la clave de la existencia plena.
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