¡NEGROS NO! SOFÍA COPPOLA DEFIENDE SU PELÍCULA DE ACUSACIONES DE RACISMO [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
La directora decidió 'blanquear' su película y no incluir personajes negros en su drama sureño con Nicole Kidman y Colin Farrell
Con The Beguiled, su último filme, Sofia Coppola se ha buscado un problemón. No sólo por rehacer The Beguiled (el clásico del terror gótico y sudoroso firmado por Don Siegel en 1971, con Clint Eastwood de protagonista), sino también por abordar temas que, precisamente ahora, pueden provocar tormentas en Hollywood. Porque la historia del filme, con un soldado fugitivo (Colin Farrell) refugiado en un internado de señoritas dirigido por Nicole Kidman, es morbosa con ganas. Y para remate está ambientada en la Guerra de Secesión, con todo el subtexto que eso implica en cuanto a la esclavitud y la opresión de los negros en EE UU.
Para colmo, Coppola ha decidido eliminar de su guión al único personaje negro de la historia original (una joven esclava negra, interpretada por Mae Mercer en el filme de Siegel). El resultado: acusaciones de querer 'blanquear' su película, otras de racismo y whitewashing por doquier en redes sociales. Ante tal lío, la hija de Francis Ford Coppola ha hecho público un comunicado en Indiewire justificando su forma de abordar el relato.
Tras señalar cuáles son los temas clave de The Beguiled ("Quería contar la historia de unas mujeres aisladas que rechazan el mundo real") y aclarar su poca simpatía por las ideas de las protagonistas ("Mi intención no es celebrar su forma de vida, basada en la esclavitud"), la cineasta entra a la olla. Según ella, el personaje de la esclava fue abordado de forma racista por el escritor Thomas Cullinan, cuya novela dio origen a las dos películas: "Haber relegado la esclavitud a una subtrama habría sido insultante", señaló. Y prosiguió: "Hay muchos ejemplos de cómo los artistas blancos se han apropiado de los esclavos para 'darles una voz'. Mi decisión de no incluir al personaje en el filme no es un acto de negación, sino de respeto".
"Ha sido descorazonador ver cómo mis decisiones artísticas, basadas en hechos históricos, eran acusadas de insensibles cuando mis intenciones eran todo lo contrario", concluyó Coppola.
Lo cierto es que, cuando Sofia Coppola aborda temas relacionados con la política, salta la chispa. Ya en 2006, su Marie Antoinette se ganó abucheos en Cannes por su forma de abordar la Revolución Francesa. Ahora, podría decirse que su situación no tenía salida: si hubiera incluido personajes negros en el reparto, seguramente le hubieran caído encima acusaciones por dar primacía a mujeres blancas y privilegiadas como protagonistas. Así las cosas, sólo nos queda preguntarnos cuál será la próxima gran polémica racial en la industria del cine.
Con The Beguiled, su último filme, Sofia Coppola se ha buscado un problemón. No sólo por rehacer The Beguiled (el clásico del terror gótico y sudoroso firmado por Don Siegel en 1971, con Clint Eastwood de protagonista), sino también por abordar temas que, precisamente ahora, pueden provocar tormentas en Hollywood. Porque la historia del filme, con un soldado fugitivo (Colin Farrell) refugiado en un internado de señoritas dirigido por Nicole Kidman, es morbosa con ganas. Y para remate está ambientada en la Guerra de Secesión, con todo el subtexto que eso implica en cuanto a la esclavitud y la opresión de los negros en EE UU.
Para colmo, Coppola ha decidido eliminar de su guión al único personaje negro de la historia original (una joven esclava negra, interpretada por Mae Mercer en el filme de Siegel). El resultado: acusaciones de querer 'blanquear' su película, otras de racismo y whitewashing por doquier en redes sociales. Ante tal lío, la hija de Francis Ford Coppola ha hecho público un comunicado en Indiewire justificando su forma de abordar el relato.
Tras señalar cuáles son los temas clave de The Beguiled ("Quería contar la historia de unas mujeres aisladas que rechazan el mundo real") y aclarar su poca simpatía por las ideas de las protagonistas ("Mi intención no es celebrar su forma de vida, basada en la esclavitud"), la cineasta entra a la olla. Según ella, el personaje de la esclava fue abordado de forma racista por el escritor Thomas Cullinan, cuya novela dio origen a las dos películas: "Haber relegado la esclavitud a una subtrama habría sido insultante", señaló. Y prosiguió: "Hay muchos ejemplos de cómo los artistas blancos se han apropiado de los esclavos para 'darles una voz'. Mi decisión de no incluir al personaje en el filme no es un acto de negación, sino de respeto".
"Ha sido descorazonador ver cómo mis decisiones artísticas, basadas en hechos históricos, eran acusadas de insensibles cuando mis intenciones eran todo lo contrario", concluyó Coppola.
Lo cierto es que, cuando Sofia Coppola aborda temas relacionados con la política, salta la chispa. Ya en 2006, su Marie Antoinette se ganó abucheos en Cannes por su forma de abordar la Revolución Francesa. Ahora, podría decirse que su situación no tenía salida: si hubiera incluido personajes negros en el reparto, seguramente le hubieran caído encima acusaciones por dar primacía a mujeres blancas y privilegiadas como protagonistas. Así las cosas, sólo nos queda preguntarnos cuál será la próxima gran polémica racial en la industria del cine.
Comentarios
Publicar un comentario