VIENDO CINE PARA INTENTAR DEJAR EL ALCOHOL [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]

Colossal es una película tan buena como para declarar a Nacho Vigalondo el tipo más listo del cine español, pero además sirve como guía básica para dejar el alcohol


Colossal es una película repleta de grandes ideas, y una de ellas es su forma de abarcar el alcohol. Quizá sea la cinta que mejor describe lo perdida que está la generación inmediatamente anterior a los millenials. ¿Qué buscan los treintañeros en el alcohol? Pero antes de entrar en materia vamos a enumerar las grandes ideas que contiene Colossal:

-Ser un auténtico desastre en tu vida no implica que te tengas que compadecer de ti mismo.

-Despertar con resaca en la banca de un parque a las ocho de la mañana puede desembocar en que un monstruo gigante destruya una ciudad al otro lado del mundo.

-La chica no necesita a ningún chico para ser feliz.

-Es más, los tipos son idiotas. Sobre todo los que se hacen los buenos.

-No te pongas a inflar una cama inflable cuando vengas de juerguear.

-Hay gente que es mala por ningún motivo en particular. Es mala. Punto.

-Todos podemos hacer frente a nuestros monstruos interiores por más duros que sean. Y si los enfrentas con resaca, mejor.

-Intenta evitar los parques infantiles cuando vuelvas a casa después de una noche de juerga.

-Que nadie te diga lo que tienes que hacer, aunque lo que suelas hacer siempre acabe en desastre.

Efectivamente, Colossal es muchas cosas a la vez. Y Vigalondo habla de todas ellas con conocimiento de causa. Difícil encontrar una película que de forma tan original retrate el dejar el alcohol. Por ratos, Colossal deja un regusto amargo como el de la boca pastosa el día después de haberte bebido toda la cerveza en el bar. Tiene momentos sublimes que te reafirman en tu idea (algo que ya sospechabas) de que cuando bebes te comportas como un imbécil.

Gracias a Vigalondo la gente que vio Colossal es ahora un poco más feliz al haber descubierto la cerveza sin alcohol y que cuando algún día haya lío y todos acaben bebiéndoselo todo ya sabes que al menos podrás aprovechar la resaca para hacer algo grande y bonito que sirva a la humanidad.

Pero no es Colossal la primera película en poner una bandera en el terreno del alcoholismo. Muchas otras llegaron antes y también dejaron su huella en el camino hacia la sobriedad.


The Lost Weekend (1945)

Con esta película seria y de rigor dirigida por Billy Wilder, que casi no se estrena porque las grandes marcas de alcohol ofrecieron una millonada para impedirlo, aprendimos una de las cosas más duras sobre el alcohol. Si bebes mucho, mucho tiempo, acabarás viendo monstruos o enfrentándote literalmente a tus peores pesadillas. Se llama delírium trémens y no es una cerveza belga, ni tampoco ves elefantes rosas como Dumbo.

Leaving Las Vegas (1995)

Por mucho que te guste la canción de Amaral, estar como Nicholas Cage en Leaving Las Vegas es una cosa muy del orto. Ya no sólo por el deterioro anímico, la depresión, la desesperanza, la soledad sino por el impacto físico que sufre su protagonista. La manera en la que Cage se va apagando a medida que avanza en la película es tan terrible que a uno se le quitan las ganas de pedir un vino de mesa después de la comida. Con Leaving Las Vegas aprendes que beber alcohol para levantarse a alguien es contraproducente si luego, al tener éxito, tu cuerpo no responde como es debido.

Days of Wine and Roses (1962)

Probablemente es una de las películas más duras que se hayan hecho sobre el alcoholismo. Te enseña que hay algo peor que ser alcohólico: tener una pareja que también lo es. Primero porque dos pueden más que uno y la vida alrededor se convierte en un apocalipsis sentimental. Y segundo porque habría una competición por comprobar quién es más alcohólico de los dos, lo que desembocaría en la autodestrucción más rápida de todos los tiempos. Esta película de Blake Edwards es una obra maestra. Está contada con tanta honestidad que duele. Al final, Jack Lemmon consigue dejarlo pero su pareja, interpretada por Lee Remick, no lo consigue. Él decide abandonarla a su suerte y es terrible.

The World's End (2013)

Con The World's End, aparte de reírte muchísimo y disfrutar de la maravillosa mano de Edgar Wright para la comedia de cosas serias, descubres que el alcoholismo, por muy disimulado que esté entre eventos sociales, amistad o amor, puede estancarte en un mismo estado mental durante años y años. Quizá el alcohol sea lo más parecido a una máquina del tiempo, sólo que tú, como viajero del tiempo, no sólo envejeces, sino que te vuelves un auténtico imbécil.

Barfly (1987)

Una película basada en la vida de uno de los mayores alcohólicos de la historia, Charles Bukowski, e interpretada por otro, Mickey Rourke, que cuenta la historia de un tipo que, a pesar de no tener dramas importantes en su vida, ni tener presión en el trabajo, ni en la familia, ni estar solo, le da muy fuerte al alcohol. Todo es muy divertido, conoces a mucha gente, te enamoras cada noche, incluso eres muy creativo con resaca, pero al final te das cuenta de lo equivocado que estás cuando todo gira alrededor de una botella. Todo ese universo variopinto y singular es mentira. No existe. Y eso es lo que enseña Barfly, que detrás de la diversión del alcohol hay una terrible verdad: la vida es otra cosa y, de hecho, es mucho mejor, porque es real.

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