APRENDIENDO A SER UN ESCRITOR PROFESIONAL VIENDO PELÍCULAS [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Neruda es la película de Pablo Larraín sobre el mítico poeta chileno que nos recuerda las grandes lecciones que el cine nos ha dado sobre la profesión de escritor
Pablo Neruda fue un gran poeta, un gran escritor que un día se puso en contra de su gobierno y tuvo que huir. La única forma de adaptar la vida, o unos años, de este genio es no adaptándola. Pablo Larraín lo ha entendido y por eso su Neruda es una antibiografía del senador y escritor chileno, una película muy rara donde se mezcla el thriller, el realismo mágico y unas cuantas historias reales. Otra película más que nos enseña en qué consiste eso de escribir y, además, de una forma tremendamente bella.
Escribir es fácil. Se necesita talento pero no es imprescindible porque también es una habilidad que puede adquirirse con mucho trabajo y mucha perseverancia. Escribir bien ya es otra historia. Hay quien cree que escribir bien es saber dónde van los puntos y las comas, pero no. Efectivamente hay muchos elementos que debe tener un buen escritor: audacia, inteligencia, perspicacia, habilidad, romanticismo, sencillez… y unos cuantos más.
Digamos que quieres ser escritor. Y digamos además que eres un cinéfilo empedernido. El cine es tu vida. El cine te ha enseñado a relacionarte con los demás, el cine te enseñó a ligar, el cine te ha acompañado siempre y gracias a él amas una profesión. Con el cine se puede aprender todo lo necesario para vivir y ser feliz, que es de lo que se trata. Y si quieres ser escritor, en el cine hay mucho material para que uno aprenda a serlo.
PRIMERA LECCIÓN: CUALQUIER TIEMPO PASADO NO FUE MEJOR
No, el pasado no es tan cool como crees. En el pasado no se han escrito los mejores libros de la historia. El pasado es el culmen de lo artístico. Si piensas que los artistas (muertos) que admiras son insuperables y que los contemporáneos como tú no tienen nada que hacer frente a los clásicos estás super recontra archi equivocado. El mundo evoluciona cada vez más rápido y cada generación tiene muchísimo que aportar a la literatura. Nuevos formatos, nuevas maneras de consumir y de leer, una sociedad extraña y compleja que analizar… Lo viejo no es lo mejor.
Lo vimos en: Midnight In Paris. Woody Allen nos habla de un escritor norteamericano que busca inspiración en Paris. Una noche tiene la suerte de viajar a los años 20 y conocer a sus ídolos, y de paso enamorarse, claro.
SEGUNDA LECCIÓN: NO TE AGOBIES CON LA PÁGINA EN BLANCO
Es normal que no siempre te salga lo que quieres escribir de un tirón. Habrá días que no pararás de rellenar octavillas (como esta) y otros días donde tendrás suerte si consigues juntar un par de frases. En estos momentos no hay que desesperarse. Huye de las malas compañías, no te intentes acostar con la mujer de nadie para escapar de la monotonía y sobre todo no la asesines, claro. Intenta no verte con psicópatas y aléjate de la bebida. Si no haces caso a estas indicaciones probablemente tendrás una historia que contar, sí, pero viendo las flores crecer desde abajo.
Lo vimos en: Barton Fink. La película de los Coen protagonizada por John Turturro sobre un escritor que va a Hollywood a escribir un guión y que comienza a sufrir un terrible bloqueo mental. Todo empeora cuando conoce a su vecino de habitación, un extraño vendedor de seguros.
TERCERA LECCIÓN: NO BUSQUES LA GRAN BELLEZA
Olvídalo. Nada será igual. Nada se parece a ese primer beso ni a las palabras que surgieron de tu boca después. No busques escribir algo que se asemeje a esas sensaciones porque te vas ahogar en la melancolía.
Lo vimos en: La Grande Bellezza. La obra maestra de Paolo Sorrentino sobre un escritor llamado Jep Gambardella que tiene 65 años y que sólo escribió un libro en su vida. Tanta belleza y decadencia para una gran lección, quizá la más importante.
CUARTA LECCIÓN: ¿DEBEMOS CONSUMIR DROGAS?
Menudo problema, este. Nuestro deber es decirte que no, que son terribles y contraproducentes y toda la cosa. Sin embargo, no podemos negar que pueden provocarte un viaje que te cambie la vida para siempre, que te dé para un libro o con el que experimentes un estilo nuevo. A Hunter S. Thompson le funcionó. Eso sí, hay riesgo de muerte. Guerra avisada...
Lo vimos en: Fear And Loathing In Las Vegas. Terry Gilliam adaptó la novela de Thompson de la única forma en la que era posible adaptarla. Con una mirada delirante. Algunos la tacharon de una estupidez, así que, repetimos: tú dirás.
QUINTA LECCIÓN: SI QUIERES ADAPTAR, ADAPTA TU ADAPTACIÓN
Otro problema, ¿no?. Lo explicamos. La mejor forma de adaptar una obra ya hecha, por ejemplo, de escribir un guión basado en una novela, es adaptar el proceso de escritura para adaptar dicha obra y al final convertir tu texto en una obra independiente al que ibas a adaptar.
Lo vimos en: Adaptation. Como si no te hubieras enterado de nada de lo que hemos puesto en el anterior párrafo, lo mejor es que veas esta obra maestra con guión de Charlie Kafuman. Ojo, que Nicolas Cage hace un papel doble y el tipo está enorme, en ambos.
SEXTA LECCIÓN: NO TE ENAMORES DE TU OBRA
Deja que pase el agua debajo del puente. Puede ser por simple ego o también porque escribir es una profesión muy solitaria pero, por lo que más quieras, no te enamores de los personajes a los que das vida porque entonces vas a entrar en una capítulo de tu vida demasiado oscuro cuyo final es ir al loquero y no queremos eso, ¿o sí?
Lo vimos en: Ruby Sparks. En esta película Paul Dano es un escritor que escribe sobre una chica que un día aparece en su casa y de la que por supuesto se enamora. Porque, claro, todo lo que escribe de ella se hace realidad. Antes de que comiences a frotarte las manos recuerda que estas cosas nunca acaban bien.
SÉPTIMA LECCIÓN: LO IMPORTANTE ES EL CÓMO
"Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras". Lo dice Truman Capote y tiene mucha razón. En un libro puedes contar muchas cosas, muy divertidas, muy alucinantes, pero hay que contarlas bien. A veces se cuentan tan bien, que lo que pasa acaba por no importar un carajo.
Lo vimos en: Capote, claro. La película de Capote es un maravilloso retrato de cómo este genial escritor hizo su obra magna, A Sangre Fría. El crimen ya era escalofriante pero cómo el escritor viaja a Kansas para demostrar que la realidad puede ser tan apasionante como la ficción es toda una lección de periodismo que perdura hasta nuestros días. Y, claro, la interpretación de Philip Seymour Hoffman es lo que faltaba para dejar tiritando al respetable.
OCTAVA LECCIÓN: CUIDADO CON LOS ENCARGOS
Primero, ten mucho cuidado con los encargos. Es decir, intenta rechazar, salvo que estés muy necesitado de dinero, escribir memorias para otros, escribir novelas para que las firmen otros. Y, sobre todo, si la persona que te estaba empleando murió, en ese caso lo mejor es que huyas del país. Segundo, ten mucho cuidado con quién te hace el encargo, no es lo mismo Laura Bozzo que Charly García, para que nos entendamos.
Lo vimos en: The Ghost Writer. Un thriller de Roman Polanski lleno de tensión en el que un escritor, Ewan McGregor, acepta terminar las memorias del primer ministro británico, Pierce Brosnan. De repente acusan al ministro de un crimen de guerra. La cosa, claro, se complica. Es más, se retuerce.
Pablo Neruda fue un gran poeta, un gran escritor que un día se puso en contra de su gobierno y tuvo que huir. La única forma de adaptar la vida, o unos años, de este genio es no adaptándola. Pablo Larraín lo ha entendido y por eso su Neruda es una antibiografía del senador y escritor chileno, una película muy rara donde se mezcla el thriller, el realismo mágico y unas cuantas historias reales. Otra película más que nos enseña en qué consiste eso de escribir y, además, de una forma tremendamente bella.
Escribir es fácil. Se necesita talento pero no es imprescindible porque también es una habilidad que puede adquirirse con mucho trabajo y mucha perseverancia. Escribir bien ya es otra historia. Hay quien cree que escribir bien es saber dónde van los puntos y las comas, pero no. Efectivamente hay muchos elementos que debe tener un buen escritor: audacia, inteligencia, perspicacia, habilidad, romanticismo, sencillez… y unos cuantos más.
Digamos que quieres ser escritor. Y digamos además que eres un cinéfilo empedernido. El cine es tu vida. El cine te ha enseñado a relacionarte con los demás, el cine te enseñó a ligar, el cine te ha acompañado siempre y gracias a él amas una profesión. Con el cine se puede aprender todo lo necesario para vivir y ser feliz, que es de lo que se trata. Y si quieres ser escritor, en el cine hay mucho material para que uno aprenda a serlo.
PRIMERA LECCIÓN: CUALQUIER TIEMPO PASADO NO FUE MEJOR
No, el pasado no es tan cool como crees. En el pasado no se han escrito los mejores libros de la historia. El pasado es el culmen de lo artístico. Si piensas que los artistas (muertos) que admiras son insuperables y que los contemporáneos como tú no tienen nada que hacer frente a los clásicos estás super recontra archi equivocado. El mundo evoluciona cada vez más rápido y cada generación tiene muchísimo que aportar a la literatura. Nuevos formatos, nuevas maneras de consumir y de leer, una sociedad extraña y compleja que analizar… Lo viejo no es lo mejor.
Lo vimos en: Midnight In Paris. Woody Allen nos habla de un escritor norteamericano que busca inspiración en Paris. Una noche tiene la suerte de viajar a los años 20 y conocer a sus ídolos, y de paso enamorarse, claro.
SEGUNDA LECCIÓN: NO TE AGOBIES CON LA PÁGINA EN BLANCO
Es normal que no siempre te salga lo que quieres escribir de un tirón. Habrá días que no pararás de rellenar octavillas (como esta) y otros días donde tendrás suerte si consigues juntar un par de frases. En estos momentos no hay que desesperarse. Huye de las malas compañías, no te intentes acostar con la mujer de nadie para escapar de la monotonía y sobre todo no la asesines, claro. Intenta no verte con psicópatas y aléjate de la bebida. Si no haces caso a estas indicaciones probablemente tendrás una historia que contar, sí, pero viendo las flores crecer desde abajo.
Lo vimos en: Barton Fink. La película de los Coen protagonizada por John Turturro sobre un escritor que va a Hollywood a escribir un guión y que comienza a sufrir un terrible bloqueo mental. Todo empeora cuando conoce a su vecino de habitación, un extraño vendedor de seguros.
TERCERA LECCIÓN: NO BUSQUES LA GRAN BELLEZA
Olvídalo. Nada será igual. Nada se parece a ese primer beso ni a las palabras que surgieron de tu boca después. No busques escribir algo que se asemeje a esas sensaciones porque te vas ahogar en la melancolía.
Lo vimos en: La Grande Bellezza. La obra maestra de Paolo Sorrentino sobre un escritor llamado Jep Gambardella que tiene 65 años y que sólo escribió un libro en su vida. Tanta belleza y decadencia para una gran lección, quizá la más importante.
CUARTA LECCIÓN: ¿DEBEMOS CONSUMIR DROGAS?
Menudo problema, este. Nuestro deber es decirte que no, que son terribles y contraproducentes y toda la cosa. Sin embargo, no podemos negar que pueden provocarte un viaje que te cambie la vida para siempre, que te dé para un libro o con el que experimentes un estilo nuevo. A Hunter S. Thompson le funcionó. Eso sí, hay riesgo de muerte. Guerra avisada...
Lo vimos en: Fear And Loathing In Las Vegas. Terry Gilliam adaptó la novela de Thompson de la única forma en la que era posible adaptarla. Con una mirada delirante. Algunos la tacharon de una estupidez, así que, repetimos: tú dirás.
QUINTA LECCIÓN: SI QUIERES ADAPTAR, ADAPTA TU ADAPTACIÓN
Otro problema, ¿no?. Lo explicamos. La mejor forma de adaptar una obra ya hecha, por ejemplo, de escribir un guión basado en una novela, es adaptar el proceso de escritura para adaptar dicha obra y al final convertir tu texto en una obra independiente al que ibas a adaptar.
Lo vimos en: Adaptation. Como si no te hubieras enterado de nada de lo que hemos puesto en el anterior párrafo, lo mejor es que veas esta obra maestra con guión de Charlie Kafuman. Ojo, que Nicolas Cage hace un papel doble y el tipo está enorme, en ambos.
SEXTA LECCIÓN: NO TE ENAMORES DE TU OBRA
Deja que pase el agua debajo del puente. Puede ser por simple ego o también porque escribir es una profesión muy solitaria pero, por lo que más quieras, no te enamores de los personajes a los que das vida porque entonces vas a entrar en una capítulo de tu vida demasiado oscuro cuyo final es ir al loquero y no queremos eso, ¿o sí?
Lo vimos en: Ruby Sparks. En esta película Paul Dano es un escritor que escribe sobre una chica que un día aparece en su casa y de la que por supuesto se enamora. Porque, claro, todo lo que escribe de ella se hace realidad. Antes de que comiences a frotarte las manos recuerda que estas cosas nunca acaban bien.
SÉPTIMA LECCIÓN: LO IMPORTANTE ES EL CÓMO
"Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras". Lo dice Truman Capote y tiene mucha razón. En un libro puedes contar muchas cosas, muy divertidas, muy alucinantes, pero hay que contarlas bien. A veces se cuentan tan bien, que lo que pasa acaba por no importar un carajo.
Lo vimos en: Capote, claro. La película de Capote es un maravilloso retrato de cómo este genial escritor hizo su obra magna, A Sangre Fría. El crimen ya era escalofriante pero cómo el escritor viaja a Kansas para demostrar que la realidad puede ser tan apasionante como la ficción es toda una lección de periodismo que perdura hasta nuestros días. Y, claro, la interpretación de Philip Seymour Hoffman es lo que faltaba para dejar tiritando al respetable.
OCTAVA LECCIÓN: CUIDADO CON LOS ENCARGOS
Primero, ten mucho cuidado con los encargos. Es decir, intenta rechazar, salvo que estés muy necesitado de dinero, escribir memorias para otros, escribir novelas para que las firmen otros. Y, sobre todo, si la persona que te estaba empleando murió, en ese caso lo mejor es que huyas del país. Segundo, ten mucho cuidado con quién te hace el encargo, no es lo mismo Laura Bozzo que Charly García, para que nos entendamos.
Lo vimos en: The Ghost Writer. Un thriller de Roman Polanski lleno de tensión en el que un escritor, Ewan McGregor, acepta terminar las memorias del primer ministro británico, Pierce Brosnan. De repente acusan al ministro de un crimen de guerra. La cosa, claro, se complica. Es más, se retuerce.
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