I SAW THE LIGHT Y OTRAS GRANDES PELÍCULAS SOBRE MÚSICA COUNTRY [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Tom Hiddleston se pone el sombrero para dar vida a Hank Williams, el hombre que creó un estilo musical que luego fue seguido por los pesos más pesados del cine
Ya lo decía Leonard Cohen, nada menos: si quieres aprender cuatro cosas sobre la soledad, escucha a Hank Williams. Hablamos de un señor nacido en lo más profundo del Deep South (en Alabama, para ser exactos), de moral y costumbres muy dudosas, y que pasó su vida bebiendo como una bestia, drogándose como un condenado, yendo de matrimonio en matrimonio y... sí, componiendo canciones que resultaron cruciales para la música country, y también para el rock, para el soul y para casi cualquier estilo musical de la segunda mitad del siglo XX. ¿Puede, pues, un actor tan inglés como el té y tan Loki como Tom Hiddleston meterse en la piel de semejante sujeto, tan palurdo y tan estadounidense?
La respuesta es: Sí, puede. Porque lo mejor de I Saw The Light, el biopic que ya está disponible en DVD, es cómo Hiddleston se hace con el personaje de Hank Williams, cantando sus canciones y dando vida a sus conflictos. De hecho, ya se rumorea que el actor podría ser un serio candidato al Oscar. Mientras esperamos que el Valhalla tome cartas en el asunto, y Tom se haga con una estatuilla en Los Ángeles, recordamos una buena colección de filmes con tipos con sombreros de ala ancha y tipas con cardados imposibles, que suenan a guitarras slide, violines ligeramente desafinados y voces roncas por el polvo del camino.
Honkytonk Man (Clint Eastwood - 1982)
Ahora que el viejo Clint se está haciendo de oro con Sully, está bien recordar una de sus películas más infravaloradas, y también más personales. Porque Eastwood es un melómano contumaz y, contándonos la vida de Red Stovall (un músico imaginario, mezcla de Hank Williams y, también, del grandísimo Jimmy Rodgers) se marca un filme que es, a la vez, una comedia picaresca, una road movie sobre EE UU durante la Gran Depresión y un retrato trágico de esos músicos que vivían a salto de mata mientras plantaban las semillas de la música popular, tal y como la conocemos ahora. Total, aquello siempre era mejor que quedarse en el campo recogiendo algodón y pasando hambre. Kyle Eastwood, hijo del mismísimo, coprotagoniza la película.
Nashville (Robert Altman - 1975)
Mucho antes de que Hayden Panettiere y Conny Briton se mudaran a Tennessee, el autor de Short Cuts y The Player había entregado ya una película sobre la capital del country. Luciendo un reparto sólido por donde se le mire (Keith Carradine, Shelley Duval, Jeff Goldblum, Geraldine Chaplin y muchos otros) y una banda sonora que hizo historia, Altman se marca uno de sus característicos dramas corales, con mil y un personajes dispuestos a lo que sea para triunfar en una ciudad que, debido en parte a Hank Williams, se ha convertido en la capital mundial del country.
Crazy Heart (Scott Cooper - 2009)
Hacía ya muchos años, o muchísimos, que Jeff Bridges se iba mereciendo el Oscar. Y, dado que la Academia de Hollywood no le había hecho el honor con The Big Lebowski, ni con The Fabulous Baker Boys, ni con ninguna otra de sus grandes películas, el actor que fue el Dude decidió dar la nota y ponerse a cantar en este musical sobre una estrella campera de capa caída. La química de Jeff con sus compañeros de reparto Maggie Gyllenhaal, Colin Farrell y Robert Duval resultó espléndida y, como para colmo, el tipo canta y toca muy bien, la estatuilla acabó cayendo en sus manos.
Coal Miner's Daughter (Michael Apted - 1980)
"Si llegas a casa borracho, ni sueñes con echarme un polvo": la traducción es bastante libre, pero de eso se trataba el primer éxito de Loretta Lynn, una de las reinas del country y una de sus primeras estrellas en cantar desde una perspectiva femenina y orgullosa. En este biopic, con muy poco de cuento de hadas y mucho de retrato social, Lynn es una Sissy Spacek en plena posesión de sus poderes (se llevó el Oscar, por cierto), mientras que un Tommy Lee Jones jovencísimo interpreta a su marido. Y, si buscas más filmes sobre mujeres camperas con actitud, no olvides Sweet Dreams (Karel Reizs), con Jessica Lange y Ed Harris contando la vida de la gran Patsy Cline.
Walk The Line (James Mangold - 2005)
Efectivamente: esta es la película por la cual Reese Witherspoon se llevó el Oscar, mientras que Joaquin Phoenix obtuvo una merecida nominación. Y también es una biografía bastante ajustada de Johnny Cash, un señor al cual Bob Dylan tenía (y tiene) en un altar, y que, como tantas otras figuras del country, pasó su vida oscilando entre una fuerte fe religiosa y una natural inclinación por la bohemia y por hacerse el sinverguenza, ponerse hasta las trancas de alcohol (y otras sustancias) y componer canciones que hablaban de matar a un hombre en Reno sólo para verle morir. Y la verdad que con todo eso ya queda poco espacio para los sombreros de cowboy y los trajes con lentejuelas.
Ya lo decía Leonard Cohen, nada menos: si quieres aprender cuatro cosas sobre la soledad, escucha a Hank Williams. Hablamos de un señor nacido en lo más profundo del Deep South (en Alabama, para ser exactos), de moral y costumbres muy dudosas, y que pasó su vida bebiendo como una bestia, drogándose como un condenado, yendo de matrimonio en matrimonio y... sí, componiendo canciones que resultaron cruciales para la música country, y también para el rock, para el soul y para casi cualquier estilo musical de la segunda mitad del siglo XX. ¿Puede, pues, un actor tan inglés como el té y tan Loki como Tom Hiddleston meterse en la piel de semejante sujeto, tan palurdo y tan estadounidense?
La respuesta es: Sí, puede. Porque lo mejor de I Saw The Light, el biopic que ya está disponible en DVD, es cómo Hiddleston se hace con el personaje de Hank Williams, cantando sus canciones y dando vida a sus conflictos. De hecho, ya se rumorea que el actor podría ser un serio candidato al Oscar. Mientras esperamos que el Valhalla tome cartas en el asunto, y Tom se haga con una estatuilla en Los Ángeles, recordamos una buena colección de filmes con tipos con sombreros de ala ancha y tipas con cardados imposibles, que suenan a guitarras slide, violines ligeramente desafinados y voces roncas por el polvo del camino.
Honkytonk Man (Clint Eastwood - 1982)
Ahora que el viejo Clint se está haciendo de oro con Sully, está bien recordar una de sus películas más infravaloradas, y también más personales. Porque Eastwood es un melómano contumaz y, contándonos la vida de Red Stovall (un músico imaginario, mezcla de Hank Williams y, también, del grandísimo Jimmy Rodgers) se marca un filme que es, a la vez, una comedia picaresca, una road movie sobre EE UU durante la Gran Depresión y un retrato trágico de esos músicos que vivían a salto de mata mientras plantaban las semillas de la música popular, tal y como la conocemos ahora. Total, aquello siempre era mejor que quedarse en el campo recogiendo algodón y pasando hambre. Kyle Eastwood, hijo del mismísimo, coprotagoniza la película.
Nashville (Robert Altman - 1975)
Mucho antes de que Hayden Panettiere y Conny Briton se mudaran a Tennessee, el autor de Short Cuts y The Player había entregado ya una película sobre la capital del country. Luciendo un reparto sólido por donde se le mire (Keith Carradine, Shelley Duval, Jeff Goldblum, Geraldine Chaplin y muchos otros) y una banda sonora que hizo historia, Altman se marca uno de sus característicos dramas corales, con mil y un personajes dispuestos a lo que sea para triunfar en una ciudad que, debido en parte a Hank Williams, se ha convertido en la capital mundial del country.
Crazy Heart (Scott Cooper - 2009)
Hacía ya muchos años, o muchísimos, que Jeff Bridges se iba mereciendo el Oscar. Y, dado que la Academia de Hollywood no le había hecho el honor con The Big Lebowski, ni con The Fabulous Baker Boys, ni con ninguna otra de sus grandes películas, el actor que fue el Dude decidió dar la nota y ponerse a cantar en este musical sobre una estrella campera de capa caída. La química de Jeff con sus compañeros de reparto Maggie Gyllenhaal, Colin Farrell y Robert Duval resultó espléndida y, como para colmo, el tipo canta y toca muy bien, la estatuilla acabó cayendo en sus manos.
Coal Miner's Daughter (Michael Apted - 1980)
"Si llegas a casa borracho, ni sueñes con echarme un polvo": la traducción es bastante libre, pero de eso se trataba el primer éxito de Loretta Lynn, una de las reinas del country y una de sus primeras estrellas en cantar desde una perspectiva femenina y orgullosa. En este biopic, con muy poco de cuento de hadas y mucho de retrato social, Lynn es una Sissy Spacek en plena posesión de sus poderes (se llevó el Oscar, por cierto), mientras que un Tommy Lee Jones jovencísimo interpreta a su marido. Y, si buscas más filmes sobre mujeres camperas con actitud, no olvides Sweet Dreams (Karel Reizs), con Jessica Lange y Ed Harris contando la vida de la gran Patsy Cline.
Walk The Line (James Mangold - 2005)
Efectivamente: esta es la película por la cual Reese Witherspoon se llevó el Oscar, mientras que Joaquin Phoenix obtuvo una merecida nominación. Y también es una biografía bastante ajustada de Johnny Cash, un señor al cual Bob Dylan tenía (y tiene) en un altar, y que, como tantas otras figuras del country, pasó su vida oscilando entre una fuerte fe religiosa y una natural inclinación por la bohemia y por hacerse el sinverguenza, ponerse hasta las trancas de alcohol (y otras sustancias) y componer canciones que hablaban de matar a un hombre en Reno sólo para verle morir. Y la verdad que con todo eso ya queda poco espacio para los sombreros de cowboy y los trajes con lentejuelas.
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