¿TIENE UNA EXPLICACIÓN QUE DE PRONTO QUIERAS VESTIRTE COMO PABLO ESCOBAR? [www.facebook.com/actoresdirectoresguionistas]
Que los tipos duros no bailan no es ninguna broma ni una tontería metafísica, simplemente tienen estilo
Desde los tiempos de Ceaucescu y su palacio fluorescente hasta nuestros días, la ristra de chorizos, narcotraficantes y déspotas con gustos singulares nos invaden. La incapacidad del mal para hacer el bien resulta llamativa si tenemos en cuenta que muchos de ellos son, no obstante, grandes amantes de los animales o corazones trémulos que se arrugan con las óperas de Wagner. Muchos de ellos, insensibles al sufrimiento humano, hacen gala de una auténtica superioridad empática para con ciertas circunstancias. En la historia de los poderosos y violentos cárteles colombianos, por ejemplo, contamos con un llamativo personaje, Pablo Escobar, cuya personalidad admite todos los matices y reflejos que caben en el alma humana. Resulta imposible obviar su contemporaneidad tras el exitazo de la serie Narcos de Netflix, que, por cierto, ya va por su segunda temporada.
Escobar, protagonista de una de las producciones insignia de la plataforma de streaming multimedia bajo demanda, merece una exhaustiva reflexión en todos los sentidos. En esta ocasión abordaremos su estilo personal, el de sus célebres camisas y pantalones jeans, el de sus zapatillas blancas y sus gafas de sol de mafioso. Por diferentes razones, el protagonista de la serie sobre el líder del cartel de Medellín se ha convertido hoy en un icono a nivel internacional. En Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica no entraremos en las honduras de su humanidad o de su hoja de servicios, sino en los percheros de su armario: excesivo, contradictorio, extravagante y, sobre todas las cosas, exponente del estilo marrullero de la moda occidental de los años 70 y 80. A saber: camisas de manga corta, trajes celestes y tostados, polos, chalecos, jeans, zapatillas blancas y, por supuesto, muchos accesorios (gorras planas, collares, brazaletes, relojes, gafas de sol). O sea, todo aquello que tan bien se ponía el motherfucker de Pablo Escobar.
Es innegable la influencia de sus estilismos en la coctelera de tendencias que nos acompaña desde 2015. El personaje interpretado por el actor Wagner Moura ha inspirado supuestamente no sólo el título del último disco de estudio de Kanye West, The Life of Pablo, sino que ha vuelto a resucitar algunas pautas de conducta estilística de los años en que Escobar fue una leyenda en vida. El otoño que viene la estética 70's triunfa de la mano de Burberry, Gucci o Roberto Cavalli. Los cuadros visten las creaciones de Bottega Veneta, Valentino o Lou Dalton y las camisas estampadas inundan las propuestas de Lanvin. Por no hablar de los pantalones de silueta ancha de Lou Dalton, Bottega Veneta y Hermes.
Pero tal vez la temporada primavera/verano europea que dejamos atrás ha sido la más representativa en cuanto a la influencia de la serie en la pasarela. No olvidemos que los estilismos más propicios para la humedad colombiana y sus aires cálidos son los de la época estival. Quizá por eso es más fácil tomar a Escobar como punto de referencia en los meses más calurosos. ¿Quién no ha vestido en verano o ha sido testigo de las camisas de seda y algodón con cuello cubano? Desde Zara a Canali, pasando por Louis Vuitton o Raf Simons, todos las han reivindicado. Los jeans azules y blancos del líder del cartel de Medellín han encontrado su reflejo en los diseños de Tommy Hilfiger, Dior Homme, Polo Ralph Lauren y Calvin Klein Collection. Incluso Umit Benan o Lemaire se han fijado en el verde caqui de los uniformes del ejército colombiano de aquella época. Pero si algo ha destacado por encima de todas las inspiraciones ha sido la estética tipo Club Tropicana, cuyos alegres estampados han satisfecho la visión de Saint Laurent by Hedi Slimane, Valentino o Dries Van Noten.
En una entrevista reciente, la diseñadora de vestuario de Narcos, Bina Daigeler, explicó que, pese a todo, Pablo Escobar nunca fue un hombre distinguido: "Lo cierto es que no tenía un gran gusto. Él era muy fan de las zapatillas blancas y tenía 100 modelos, pero, por ejemplo, sólo tenía dos pares de jeans. Frente a él, otros personajes de la serie han viajado más a Miami y por eso tienen un estilo más americano". De acuerdo, nuestro protagonista no pasará a la historia como uno de los hombres más elegantes del mundo. Es, sin embargo, un icono de estilo. Bueno o malo, lo es. ¿Desde cuándo los tipos que influyen en la moda de su tiempo han de tener un gusto exquisito? No olvidemos, además, el irresistible atractivo de los villanos. Ya lo dijo Bette Davis: "Ahora tenemos muchas palabras para disculpar a todo el mundo, pero dame un viejo héroe o un villano de los de antes para adorarlo o despreciarlo. Había mucha verdad en ellos... y eso ya no existe". Afortunadamente, sigue habiendo excepciones. Ese arte se llama morir matando, y eso nunca desaparecerá.
Desde los tiempos de Ceaucescu y su palacio fluorescente hasta nuestros días, la ristra de chorizos, narcotraficantes y déspotas con gustos singulares nos invaden. La incapacidad del mal para hacer el bien resulta llamativa si tenemos en cuenta que muchos de ellos son, no obstante, grandes amantes de los animales o corazones trémulos que se arrugan con las óperas de Wagner. Muchos de ellos, insensibles al sufrimiento humano, hacen gala de una auténtica superioridad empática para con ciertas circunstancias. En la historia de los poderosos y violentos cárteles colombianos, por ejemplo, contamos con un llamativo personaje, Pablo Escobar, cuya personalidad admite todos los matices y reflejos que caben en el alma humana. Resulta imposible obviar su contemporaneidad tras el exitazo de la serie Narcos de Netflix, que, por cierto, ya va por su segunda temporada.
Escobar, protagonista de una de las producciones insignia de la plataforma de streaming multimedia bajo demanda, merece una exhaustiva reflexión en todos los sentidos. En esta ocasión abordaremos su estilo personal, el de sus célebres camisas y pantalones jeans, el de sus zapatillas blancas y sus gafas de sol de mafioso. Por diferentes razones, el protagonista de la serie sobre el líder del cartel de Medellín se ha convertido hoy en un icono a nivel internacional. En Actores, Directores y Guionistas de Latinoamérica no entraremos en las honduras de su humanidad o de su hoja de servicios, sino en los percheros de su armario: excesivo, contradictorio, extravagante y, sobre todas las cosas, exponente del estilo marrullero de la moda occidental de los años 70 y 80. A saber: camisas de manga corta, trajes celestes y tostados, polos, chalecos, jeans, zapatillas blancas y, por supuesto, muchos accesorios (gorras planas, collares, brazaletes, relojes, gafas de sol). O sea, todo aquello que tan bien se ponía el motherfucker de Pablo Escobar.
Es innegable la influencia de sus estilismos en la coctelera de tendencias que nos acompaña desde 2015. El personaje interpretado por el actor Wagner Moura ha inspirado supuestamente no sólo el título del último disco de estudio de Kanye West, The Life of Pablo, sino que ha vuelto a resucitar algunas pautas de conducta estilística de los años en que Escobar fue una leyenda en vida. El otoño que viene la estética 70's triunfa de la mano de Burberry, Gucci o Roberto Cavalli. Los cuadros visten las creaciones de Bottega Veneta, Valentino o Lou Dalton y las camisas estampadas inundan las propuestas de Lanvin. Por no hablar de los pantalones de silueta ancha de Lou Dalton, Bottega Veneta y Hermes.
Pero tal vez la temporada primavera/verano europea que dejamos atrás ha sido la más representativa en cuanto a la influencia de la serie en la pasarela. No olvidemos que los estilismos más propicios para la humedad colombiana y sus aires cálidos son los de la época estival. Quizá por eso es más fácil tomar a Escobar como punto de referencia en los meses más calurosos. ¿Quién no ha vestido en verano o ha sido testigo de las camisas de seda y algodón con cuello cubano? Desde Zara a Canali, pasando por Louis Vuitton o Raf Simons, todos las han reivindicado. Los jeans azules y blancos del líder del cartel de Medellín han encontrado su reflejo en los diseños de Tommy Hilfiger, Dior Homme, Polo Ralph Lauren y Calvin Klein Collection. Incluso Umit Benan o Lemaire se han fijado en el verde caqui de los uniformes del ejército colombiano de aquella época. Pero si algo ha destacado por encima de todas las inspiraciones ha sido la estética tipo Club Tropicana, cuyos alegres estampados han satisfecho la visión de Saint Laurent by Hedi Slimane, Valentino o Dries Van Noten.
En una entrevista reciente, la diseñadora de vestuario de Narcos, Bina Daigeler, explicó que, pese a todo, Pablo Escobar nunca fue un hombre distinguido: "Lo cierto es que no tenía un gran gusto. Él era muy fan de las zapatillas blancas y tenía 100 modelos, pero, por ejemplo, sólo tenía dos pares de jeans. Frente a él, otros personajes de la serie han viajado más a Miami y por eso tienen un estilo más americano". De acuerdo, nuestro protagonista no pasará a la historia como uno de los hombres más elegantes del mundo. Es, sin embargo, un icono de estilo. Bueno o malo, lo es. ¿Desde cuándo los tipos que influyen en la moda de su tiempo han de tener un gusto exquisito? No olvidemos, además, el irresistible atractivo de los villanos. Ya lo dijo Bette Davis: "Ahora tenemos muchas palabras para disculpar a todo el mundo, pero dame un viejo héroe o un villano de los de antes para adorarlo o despreciarlo. Había mucha verdad en ellos... y eso ya no existe". Afortunadamente, sigue habiendo excepciones. Ese arte se llama morir matando, y eso nunca desaparecerá.
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