LAS EXCENTRICIDADES DE DANIEL DAY LEWIS: ¿EL MEJOR ACTOR DEL MUNDO?
En 1989, para "Mi pie izquierdo", se negó a abandonar su silla de ruedas por semanas y pedía que lo empujaran y lo alimentaran en la boca, en un intento por construir al escritor cuadrapléjico Christy Brown.
En "El nombre del padre" (1993) se quedó sin dormir tres noches seguidas para la escena del brutal interrogatorio de un hombre falsamente acusado de terrorismo.
Interrumpió una función de "Hamlet" en el Teatro Nacional de Londres, bajándose del escenario y estallando en llanto tras bambalinas, entre rumores de que, concentrado en su papel, realmente había llegado a ver al fantasma de su propio padre muerto, con quien no había tenido una relación fácil.
Para "Petróleo sangriento" (2007), donde encarnó a un ambicioso magnate petrolero, Day-Lewis evitó todo contacto con su compañero de elenco, Paul Dano: en la ficción eran enemigos acérrimos y no quería que la familiaridad entre colegas arruinara la construcción de la historia, según contó Dano en entrevistas.
Day-Lewis le dijo 'no' varias veces al director Steven Spielberg, cuando éste le ofreció interpretar a Abraham Lincoln. Pero cuando finalmente aceptó, el actor se metió en la piel del que fuera presidente de Estados Unidos: tanto, que por meses habló con el tono de voz de su personaje y hasta envió mensajes de texto a sus compañeros de elenco con lenguaje propio del siglo XIX.
Joseph Gordon-Levitt -que interpretó a Robert, hijo de Lincoln- dijo que no fue sino hasta el fin del rodaje que pudo hablarle a Day-Lewis como tal: "Nunca conocí en persona a Daniel, sólo conocí al presidente. Lo llamaba señor, él me llamaba Robert".
En tanto, Sally Field –su esposa Mary Tood, en la ficción- reveló que fue la destinataria de los mensajes de texto que Day-Lewis mandó, durante los siete meses que duró el trabajo, escritos en lenguaje coloquial del siglo XIX.
Mantuvo la voz creada para el expresidente entre toma y toma y pidió a los británicos del equipo que no le hablaran, para no tentarse de recuperar su propio acento.
En "El nombre del padre" (1993) se quedó sin dormir tres noches seguidas para la escena del brutal interrogatorio de un hombre falsamente acusado de terrorismo.
Interrumpió una función de "Hamlet" en el Teatro Nacional de Londres, bajándose del escenario y estallando en llanto tras bambalinas, entre rumores de que, concentrado en su papel, realmente había llegado a ver al fantasma de su propio padre muerto, con quien no había tenido una relación fácil.
Para "Petróleo sangriento" (2007), donde encarnó a un ambicioso magnate petrolero, Day-Lewis evitó todo contacto con su compañero de elenco, Paul Dano: en la ficción eran enemigos acérrimos y no quería que la familiaridad entre colegas arruinara la construcción de la historia, según contó Dano en entrevistas.
Day-Lewis le dijo 'no' varias veces al director Steven Spielberg, cuando éste le ofreció interpretar a Abraham Lincoln. Pero cuando finalmente aceptó, el actor se metió en la piel del que fuera presidente de Estados Unidos: tanto, que por meses habló con el tono de voz de su personaje y hasta envió mensajes de texto a sus compañeros de elenco con lenguaje propio del siglo XIX.
Joseph Gordon-Levitt -que interpretó a Robert, hijo de Lincoln- dijo que no fue sino hasta el fin del rodaje que pudo hablarle a Day-Lewis como tal: "Nunca conocí en persona a Daniel, sólo conocí al presidente. Lo llamaba señor, él me llamaba Robert".
En tanto, Sally Field –su esposa Mary Tood, en la ficción- reveló que fue la destinataria de los mensajes de texto que Day-Lewis mandó, durante los siete meses que duró el trabajo, escritos en lenguaje coloquial del siglo XIX.
Mantuvo la voz creada para el expresidente entre toma y toma y pidió a los británicos del equipo que no le hablaran, para no tentarse de recuperar su propio acento.
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